Súper Jaime sacó a sus hijas adelante a puro pedaleo ¡Grande papá!
" Hay caseros que andan en furgón pan de molde y son buenos. Hay otros que trabajan en carretela y son mejores. Pero hay los que luchan en bici: Esos son los pulentos".
Pepe Pinto
Tal como decía este incomprendido poeta sureño, en la comuna de Teno hay un hombre que se merece todos los homenajes en el Día del Padre.
Se trata de Jaime del Tránsito Vidal Vidal, quien en su misión por sacar adelante a sus hijas ha tomado fotos en plazas y ahora se dedica a vender platos, usleros, bacinicas y jaboneras en una bicicleta que no se le ha desarmado sólo porque Dios es su copiloto.
Jaime, de 55 años, todos los días se levanta con el gallo y gracias a su esfuerzo y entrega a su familia ha logrado criar, vestir, alimentar y educar a sus dos hijas.
"Angélica María es cabo segundo de Carabineros y trabaja en Santiago, y la menor, Viviana, está a punto de recibir su título de técnico en enfermería", contó el casero a La Cuarta.
El compadre inventó la pobreza y cuando cabro chico tuvo que trabajar en el campo con palas y chuzos para ayudar a sus padres.
Sin embargo, en 1981 Jaime empezó a tirar p'arriba con una cámara Polaroid con la que sacaba fotos en plazas y playas del sur.
Fue en Curicó donde fotografió a la mujer que ahora es su esposa y que lo convirtió en padre, María Angélica Delgado.
Las vueltas de la vida llevaron a Jaime a dejar la fotografía y a ganarse los porotos a bordo de una chancha en la que empezó vendiendo pellejo de chivos y corderos.
"Pero ahora me dedico al comercio ambulante. En invierno trabajo como casero y vendo menaje y artículos de plástico, y en el verano me dedico a la venta de pasteles, bebidas y helados", contó el autodenominado "Casero de los Pobres".
En la comuna de Teno Jaime Vidal es más conocido que Condorito y lo quiere toda la barra. "Vendo mis productos en las poblaciones y también puerta a puerta, pero donde me va súper bien es afuera de las empresas frutícolas. Gracias a Dios y a mi trabajo no me ha faltado para comer ni tampoco les he fallado a mis hijas. Lo más importante es que ellas me quieren y dicen que soy el mejor padre del mundo", dijo.
El casero calcula que todos los días pedalea aproximadamente 150 kilómetros cargado con unos 50 kilos de productos.
"Salgo a trabajar con frío, calor, sol o lluvia y me doy vueltas entr las regiones de O'Higgins y del Maule. Pedaleo por Teno, Chépica y Nancagua", contó.
El trabajo de Jaime se verá más aliviado con una moto que en premio a su sacrificio y amor de padre va a regalarle el dueño de la distribuidora Multihogar de Curicó, Benjamín González.
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