Crónica

Sushi "al pellejo" es la novedad en Bellavista

Dicen que de vez en vez es saludable ir a un bar, a beber un buen copete junto a los amigos de siempre. También los que saben han contado que es bacán visitar un café con piernas para disfrutar de un buen capuccino con colaless, pero qué diría si le cuentan que hay un boliche que mezcla lo mejor de ambos templos del pecado.

¡La pulenta! Hace tres semanas abrió en el barrio Bellavista "Burdel", autodenominado como el primer bar con piernas de Chile. En el lugar antes funcionaba pub común y corriente que tenía menos brillo que hacer fila por una entrada para la final del fútbol.

Según José Fuentes, hace meses se les ocurrió innovar con un día a la semana más hot, y les fue tan bien que decidieron que todos los días serían así.

Luego de un casting donde seleccionaron a las nudistas más  ricas y mejor recauchadas del ambiente, los compadres abrieron las puertas del boliche inspirado en la película Coyote Ugly, ésa donde unas mijitas ricas bailan en la barra al ritmo de los mirones que les cuartean el cucú desde abajo.

La versión nacional le lleva alguna variaciones. Los calientes (o clientes) pueden participar en concursos mucho más originales que los de Sábado Gigante, y también le lleva remates. El más maravilloso se llama "Sushi Hot" y consiste en la oferta al mejor postor de rollitos de arroz que van servidos en un plato mucho más sabroso que el bocadillo japonés. Se trata de una guachita rica que se tiende de espaldas sobre una mesa, mientras los hambrientos machos ofrecen plata por sacar con la boca cada una de las piezas del festín.

"Muchos compadres con corazón de abuelita pagan para entregarle el derecho a un amigo que está de cumpleaños. Y el cliente que más dinero ha llegado a poner por comerse el último sushi gastó 39 mil pesos", contó Fuentes, con cara de interés.

Luego del plato principal, obviamente viene el postre. Ahí otra minoca sube a la mesa, y sobre sus siliconas y pubis se sirve una deliciosa crema coronada por una delicada frutilla. ¡Un plato súper choro inventado por los creativos del local!

Sólo una vez un parroquiano pidió beber un bajativo servido en un envase con forma de mujer. El parrilla de gaucho llenó el ombligo de una doncella con whisky y se lo tomó al seco. ¡Ídolo de ídolos!

Sebastián Foncea M.

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