Con un dolor de cabeza más grande que el que produce la caña del ron Sierra Morena, por lo que nos han contado, amaneció Sebastián Toro en Bolivia.

El joven defensa albo aún no se recuperaba del apunamiento que sufrió en el partido contra Universitario de Sucre, que lo mandó derechito a un centro médico puis, apenas quedó sentenciada la derrota por 2-0.

"Ya estoy mejor, pero no recuerdo nada antes de desmayarme, sólo que desperté después en el hospital", le contó el jugador en Bolivia.

Torito, que se desdobló para evitar la goleada por lo que no le alcanzó con tener dos pulmones, añadió que "tenía taquicardia y me sentía muy mareado, luego me desvanecí y desperté conectado al suero y al oxígeno".

Pobreciiiiito. Es que el muchacho, según explicó el doctor del Eterno, Roberto Yáñez, "sufrió una fatiga por la altura y debido a que no reaccionaba, lo llevamos a la clínica para someterlo a una terapia con oxígeno".

Decisión que más jaqueca le produjo a la delegación chilena, porque en el estadio no había ambulancia y los bolis estaban más preocupados de saber cómo era bañarse en el mar que de la salud del Seba.

Esa circunstancia fue la que llevó al caporal de Blanco y Negro, Guillermo Mackenna a elevar un reclamo contra los organizadores del partido en la Confederación Sudamericana de Fútbol, ya que encontró último de rasca que no estuvieran las condiciones mínimas para jugar en la altura.

"Con sorpresa primero y mucha molestia después, nos encontramos con la inexistencia de tanques de oxígeno en nuestro camarín, y la ausencia de una ambulancia que pudiera entregar la asistencia necesaria para trasladar a nuestro zaguero a un centro médico", dice la misiva que exige juicio y castigo para los culpables.

CONMOVEDOR RELATO DE BAQUEDANO

Más que un gerente técnico, Luis Baquedano es un papi postizo pa' los más chicos del plantel, aunque no le guste dar mesada. Por eso, el martes la vio más peluda que axila de tarántula cuando Torito se fue a negro por la altura.

"No reaccionaba, estaba con taquicardia y no había un tanque de oxígeno en el camarín, por lo que decidimos llevarlo a un centro médico", señaló el gerente técnico del Cacique, que movió cielo, mar y tierra... Dejémoslo en cielo y tierra mejor, para que su querubín recibiera atención.

"Tampoco había ambulancia y tuvimos que recurrir a un carro policial", confesó el jefe de la delegación alba, que respiró un poco más aliviado cuando el Seba reaccionó, aunque creía que se llamaba Cristiano Ronaldo.