Como si no bastara con la fase eruptiva del complejo volcánico Puyehue-Cordón Caulle, otras dos catástrofes naturales azotaron el sur de Chile y dejaron a varios encomendándose al Pulento por su gravedad.

El primero ocurrió cerca de las 15.30 de ayer en la ciudad de Villarrica en la Región de La Araucanía.

Ráfagas de viento de más de 120 kilómetros por hora  azotaron el centro del poblado. El tornado provocó la voladura de más de 250 techumbres, corte de luz, caída de árboles, destrucción de cables eléctricos, señalética vial y quebrazón de vidrios en el anillo céntrico de la ciudad sureña. Las autoridades hablaban de cerca de mil damnificados.

El cuático fenómeno climático duró cerca de 40 segundos y llevó asociado una lluvia de granizos "del tamaño de una pelota de golf", dijo un vecino.

"No se han visto tornados así. Atravesó las poblaciones de la parte alta y terminó en el mismo lago", dijo al diario pop Javier Garay, quien se encontraba cerca de la muni al momento del fénomeno.

El mayor de Carabineros de la Comisaría de Villarrica, Eduardo Barros, sostuvo que en el primer recuento de información había 9 personas con lesiones leves y "cuantiosos daños en las viviendas".

El intendente de la región, Andrés Molina, agregó que aún se vienen "72 horas de precipitaciones cercanas a 100 milímetros. Es tremendo lo que estamos viendo". La Onemi está gestionando el envío de 500 planchas de zinc para que los vecinos sin techo puedan capear el temporal.

TROMBA 

El segundo fenómeno ocurrió a las 04.30 de la madrugada de ayer en la localidad de Caleta Pichicolo, a 15 kilómetros al suroeste de Hornopirén, Región de los Lagos.

Un fuerte temporal produjo una tromba marina, que aparte del temor destruyó  el jardín infantil Pichiquelohuili, que tiene una matrícula de 20 alumnos.

"Fue un gran susto, pero por suerte no tenemos que lamentar desgracias personales. El profesor que residía en la casa-habitación adosada al jardín salvó prácticamente de milagro", dijo el alcalde de Hualaihué, Freddy Ibacache.