Tuvo el mundo en sus manos, 17 multitiendas entre Viña del Mar y San Fernando y más de 800 empleados, pero hoy se gana la vida vendiendo libros usados y antigüedades.

Ésta es la historia del contador Guillermo Miranda Rojas, ex propietario de la cadena de tiendas Casa Miranda, que en 1980 fue  santificado por el Rey Midas nacional, el inefable Don Francisco, quien posó su interés en su trabajo, luego que uno de sus clientes fue elegido para participar en el programa Sábados Gigantes.

Honor que para la gente humilde es como sacar pasaje para estar en la Plaza de San Pedro del Vaticano un día en que el Papa se asome a su ventanita para ver si  llueve sobre Roma.

Fueron los mejores años de su vida para él, su mujer y sus cuatro hijos. Hasta  fundó una agencia de cobranzas: BMS Ltda.

Lamentablemente los  negocios fueron cuesta abajo en la rodada y  Miranda se arruinó.

- ¿Qué lo dejó en la miseria, don Guille?

- La crisis asiática. Cerca de 20 mil personas no pudieron pagar sus deudas, las que  ascendían a 8 mil millones. Luego me robaron y tuve que declararme en quiebra.

- ¿Y ahora qué?

- Perdí todo. Mis negocios, mi familia, pasé hambre. Pero estoy de regreso para empezar de nuevo. Hoy soy un anticuario. Vendo libros antiguos  y objetos de colección. Estoy de regreso a mi tierra tras pasar mil pellejerías. Estuve cerca de 7 años viviendo de allegado en casa de amigos, recibiendo su solidaridad.  La cadena de Tiendas Miranda no se levantará nunca más, pero yo sí.

- Chuata.

- Soy un emprendedor dispuesto a comenzar de nuevo una y mil veces. Jamás me daré por vencido. Un día  tuve una cartera de clientes que me proporcionaban  8 mil millones de pesos. Empezaré desde el comienzo.

J. Pinto/M. Vega