Funcionarios de la Brigada de Robos y Saqueos Sismológicos de la PDI de Rancagua capturaron a ocho maleantes imputados de confabularse para lucrar con especies obtenidas en los saqueos que asolaron el comercio penquista y chorero, tras el guaracazo telúrico del 27 de febrero. En la diligencia cayeron en poder de los detectives Héctor Renán Delgado Méndez (53), con antecedentes por hurto, robo e infracción a la Ley de Drogas, sindicado por la ley y el orden como el delincuente que desde Talcahuano contactó a una banda de reducidores para ofrecerles el botín.

El lote estaba integrado por José Marco Aceituno Galleguillos (21); Marco Antonio Aceituno Astorga (49), fichado por robo; Juan Bautista Alarcón Peralta (24) buscado por receptación; Sandro Mauricio Lemún Díaz (27); Rodrigo Gonzalo Lemún Diáz (30); Nelson Alberto Aguilera Antileo (31), y Orlando Javier Huerantes Alveal (19). Según el comisario Manuel Lagos, Héctor Delgado les ofreció -a precios de liquidación por terremoto y réplicas-, 160 sacos de harina de pescado, 80 quintales de trigo, y arroz, los que fueron avaluados en más de 50 palos.

Tras aceptar el negocio, la manga de emprendedores se trasladó en dos camiones hasta el epicentro del delito donde luego de cargar la mercancía se dirigieron hasta el sector de Gultro, a cinco kilómetros al sur de Rancagua, donde craneaban comercializarla. La policía, que los seguía de cerca, logró llegar hasta la caleta donde se alojaban y capturarlos atraídos por el olor a merluza española y sobaco francés que despedían.

Al efectuarse la diligencia, uno de los chantas, a modo de coartada, le dijo a los detectives que su grupo formaba parte de la legión de voluntarios que, con sus propios camiones, colaboraban de sol a sombra con las autoridades para "descontaminar la zona de la catástrofe".