Crónica

Videojuego artesa de los 33 la rompe entre los broca cochis

Es artesa y más básica que mocha de curados, pero igual la rompe entre la inclasificable fauna ñoña y los cabros chicos que ya tienen hasta cara de computador.

Se trata de un jueguito virtual que, con mucha paciencia y poco empeño, permite rescatar por internet a los 33 mineros de Atacama.

La maravilla cibernética está disponible en la página web criolla ww.root33.cl/los33/, donde un sencillo diseño, como dibujo de un compadre con pulso de caña, invita al cibernauta a sacar uno a uno a los atrapados en una cápsula Fénix 2 que parece cualquier cosa.

Ante los ojos exigentes de los pailones que prefieren jugar Fifa que salir a azotarse con los amigotes, el juego tiene menos brillo que zapato gamuza, ya que sólo deben mover el ratón como loquito para lograr la hazaña. No obstante, varios medios de comunicación internacionales han volcado su atención sobre el chiche.

Los insensibles sólo verán un grupo de rayas negras sobre un fondo blanco, una rueda de carreta que se mueve casi sola, 33 siluetas que parecen hormigas, un supositorio tricolor gigante y un grupo de figuritas rojas que asemejan una manada de monos. Pero las personas con sentimientos descubriremos la incesante recreación de un verdadero milagro.

Cada vez que la Fénix llega al fondo de su recorrido, un minero sube a la cápsula y en pantalla aparecen su nombre, edad, y el rol que cumplía durante la superviviencia bajo tierra. O sea, los pitufos se pueden "endiucar" con el juego.

Cuando el pirquinero llega a la superficie, los rescatistas saltan como monitos, para luego volver a bajar la tonterita.

ESTABAN CHATOS

"El juego lo hicimos el mismo día del rescate, como a la hora de almuerzo. En realidad estábamos viendo tele, chatos con la programación especial de los mineros. Tanto abuso mediático del tema, tanta insistencia, que uno de nosotros dijo: '¡Lo único que faltan es que hagan un juego!'", detalló el diseñador Juan Pablo Vargas (27), uno de los cerebritos tras el invento.

Luego de la frase al viento que tiraron por la cobertura en la mina San José, el programador Felipe "Peluche" León (25) se levantó de su cómodo sillón y se instaló frente al computador. En menos de hora y media la creación estaba listoca.

"Nuestro sitio web tenía cerca de 20 visitas al día como promedio. Dos horas después de subir el juego, en pleno proceso de rescate, alcanzamos casi 10 mil visitas", contó "Peluche".

El creativo confesó que todo partió como un web...eo, pero las pegas de su empresa de diseño y publicidad se dispararon tras el éxito de la sencilla novedad virtual. Incluso lograron cerrar tratos que hace rato estaban a medio morir saltando.

"Nunca hubo ninguna intención detrás, ni económica, ni social, ni nada. Todo partió como una talla interna", explicó el "Peluche", quien cree que el juego se transformó en un experimento mediático.

"Nos han entrevistado o citado al menos en 50 medios de Chile y el mundo, como si esta cuestión fuera muy importante. Se refieren al juego como algo serio, pero en realidad es una payasada", aclaró el programador.

"Hace un par de días nos llamaron por teléfono desde la Congregación de Educación del Estado de California, o algo así, para que le cambiáramos el final al juego, ya que lo querían integrar como material educativo", relató León,

"Nos han hecho muchas sugerencias para agregarle detalles al juego, pero para nosotros está listo y quedará así. En la simpleza está la maestría", enfatizó Vargas, quien trabaja con sus yuntas de Root 33 desde hace año y medio.

"Los 33 mineros y el nombre de nuestra empresa es coincidencia, Nuestro equipo significa 'Raíz 33' por la Latitud 33 en que se ubica Chile", aclaró Vargas.

OCIOSOS DEL MUNDO PALANQUEAN A SAN YONNI

Tras el exitazo del juego del rescate que cranearon los genios chilenos de Root 33, en varias partes del mundo les han copiado la idea.

En el sitio argentino de pasatiempos www.virtualdreams.com.ar, los diseñadores che inventaron un jueguito donde luego de rescatar a los mineros, el titán Yonni Barrios debe escapar de los usleros de dos evas.

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