Un milagro protagonizó un tata de 78 años en una ceremonia que se realizó en la entrada de la muni de Cerro Navia. La multiplicación de los panes es un moco de pavo al lado del anciano postrado que vio la luz.

Sergio Salfate Gutiérrez no puede caminar desde hace cinco años producto de la artrosis, porque si lo hace se "le salen todos los huesos", confesó sentadito.

El año pasado le robaron una silla de ruedas y debía usar una que le prestó un amigo, por eso se matriculó en su consultorio para conseguir otra nueva.

Junto a 69 personas más participó de la movida donde se les entregó la donación. Impulsado por el Espíritu Santo, que ayudó a Jesús de Nazaret a caminar sobre el agua, pidió la palabra y agarró el micrófono.

Sus viejas piernas, que apenas le sirven para usar pantalones, volvieron a funcionar, y Sergio se puso de pie ante el asombro de las lindas veteranas que nunca pensaron que lo volverían a ver parado.

En agradecimiento entonó y bailó una picarona canción, cuya letra ocurre en la Tía Carlina, un tradicional boliche donde las chiquillas que ejercieron el comercio sexual jamás quedaron embarazadas, por razones obvias.

"En la calle Vivaceta, en el 1226, una niña muy hermosa, despacito me habló; para que sí, para que no, ella sabía, pero yo no", dice el estribillo que alude a la ignorancia del cliente de la condición de la dama.

El tema continúa con el relato del calvario que padece el pobre cliente que sólo desnudo descubre que su pareja ocasional es de su mismo sexo.

- ¿Usted fue muchas veces a la Tía Carlina?

- ¡Nooo! Si yo trabajaba cerca y durante siete años pasé todos los días por ahí, pero nunca entré.

SILLA A CHORRO

El jubilado de la constru es viudo y vive con dos de sus hijas y unos nietos. Contó que después de pagar las deudas le quedan sólo 40 lucas que no le alcanzan "ni para un miserable copete".

Sobre el milagro confesó que no es obra del Más Allá, sino que producto de su felicidad tuvo fuerzas para festejar de pie la posibilidad de tener una silla de ruedas como la gente.

De todos modos, aprovechó la vitrina del diario pop para cachar si alguien se podría rajar con una silla a motor o a chorro.

PLAZA DESTACÓ SU ESPÍRITU FESTIVO "A PESAR DE TODO"

Testigo privilegiado del milagro de Sergio Salfate fue el alcalde de Cerro Navia, Luis Plaza, quien comparó la escena a una que protagonizó un caballero al volver de su encierro en Inglaterra.

"Fue bien parecido a cuando Pinochet bajó del avión y se paró a saludar, y caminó desafiante con el bastón en alto", explicó.

Luchito contó que conoce a Sergio desde hace más de 35 años, y sobre el milagro de Cerro Navia contó que "fue todo muy cómico, él tiene un aire especial, es muy simpático, y lo bonito es que a pesar que está súper mal físicamente y económicamente, no deja de ser alegre".

En relación a la Carlina, también negó haberla conocido por dentro.