Viejo lolero bailará la piruuula esta medianoche
Hace mucho más de 50 años en el restaurante La Querencia, de Las Condes, Eugenio León Hernández cachó que el ambiente estaba terriblemente fome así que empezó a cantar "el que no baila es cola, el que no baila es cola...", y la fiesta se armó. Desde entonces no dejó de componer temas (súper) picantes.
Con el tiempo el cantautor se convirtió en el símbolo de los veteranos con alma de niño y pasó a ser conocido en el mundo entero (y más allá) por su nombre artístico: ¡Hirohito!
Con 85 años al hombro hoy el artista esperará las doce de la noche en representación de los viejitos buenos del país para festejar el fin del maldito agosto.
Desgraciadamente el creador de versos de infinita delicadeza como "Me ando meando", no está bien de salud. Hace tres meses sufrió una trombosis que lo dejó ciego de un ojo. Y por eso mismo espera con más ganas aún la llegada de septiembre para sacarle la lengua a La Pelá, que deberá seguir esperando al ritmo de la tutula.
El maestro confesó que su secreto de longevidad es "tomar haaarto tinto. Puro tinto nomás.
- ¿No le gusta el pisco?
- De vez en cuando, pero no tanto. Más tintolio, rasca, de la mesa del rincón.
- ¿Aún le pone?
- No, no tomo porque ya me tomé todo lo que correspondía en esta vida.
Hace un par de años que el ídolo dejó los escenarios. Se despidió en fiestas kitsch donde los cabros reconocieron con cariño su trayectoria. En internet hay varios videos donde el tata es ovacionado.
"Ya estoy en los cuarteles de invierno, pero lo vivido y lo bailado no me lo quita nadie", confesó.
El patriarca de la música pícara espera recuperar la vista y volver a su tranquila rutina: Cantar con los ancianos del coro de su barrio y regaloner con Felicia, su mujer, su inspiración.
Sebastián Foncea M.
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