Sergio Yedé murió el 10 de junio del 2010 a los 26 años, fue enterrado en uno de los panteones del cementerio Dos de Mayo en Misiones, Argentina. Al principio su viuda, Adriana Villareal visitaba la tumba de su esposo cada dos meses. Su historia hubiera sido como la de cualquier otra persona que perdió a un ser querido si no fuera por un pequeño detalle.

Durante el 2012, dos años después de la muerte de Yedé vecinos del sector denunciaron que por las noches se escuchaba música y se podían advertir movimientos en el panteón. Así fue como la policía descubrió a Villareal viviendo en la tumba de su esposo.

En el lugar la mujer había instalado un hogar con todas las comodidades posibles, tenía un medidor de luz eléctrica, cocina a gas, cama, televisión radio e incluso una computadora con conexión wi-fi.

Según su confesión, la viuda vivió por lo menos dos años en el panteón, visitando todas las noches a su esposo y quedándose a dormir ahí. Esto lo hizo porque extrañaba mucho a su amado y quería compartir las noches junto a él.

Villareal además explicó que vivó en México durante un tiempo, y que en el país aprendió que las personas siguen entre nosotros después de muertas, por lo que quiso estar en compañía de su esposo. “Cuando la persona fallece no fallece el alma, sólo el cuerpo físico. Cuando se ama mucho al hombre uno puede hacer este tipo de cosas. Mi marido se merece eso y mucho más”.

Además agregó que al momento de morir su esposo ella estaba sin trabajo y no tenía dinero para un hotel cada vez que viajaba de Buenos Aires a Misiones, por lo que nació la idea de vivir en su tumba.