"Yo realmente creía en su inocencia, por eso también la estaba apoyando y estaba con ella".

Rodrigo Arroyo, yerno de María del Pilar Pérez, quizás sea una de las pocas personas del entorno cercano de la mujer que pensó que "La Quintrala" no tenía relación con los asesinatos de Diego Schmidt-Hebbel, Francisco Zamorano y Héctor Arévalo.

Tras el doble homicidio de Zamorano y Arévalo, y luego de escuchar decir a Juan José -el otro hijo de "La Quintrala"- que su madre estaba metida en el crimen, le respondió "qué estás hablando, cómo se te ocurre decir estupideces".

Sin embargo, según declaró ayer en el juicio oral, hubo mala onda de María del Pilar. En una ocasión, aseguró, le gritó en calle Seminario "muerto de hambre" y "que tuviera cuidado por donde anduviera, que algo me iba a pasar".

La supuesta mala leche de "La Quintrala" se debió a raíz del romance con su hija Rocío, a la que conoció a mediados de 2004 y con la que se casó a principios de enero de 2005 en Curacaví.

Según Arroyo, demoró dos horas para casarse en lugares distintos, y así evitar que Pérez se apareciera a dejar la mansaca.

Pero al tiempo las cosas mejoraron y Rocío volvió a encontrarse con su madre. Iban al mall, ella almorzaba con ellos los sábados y Rodrigo pasaba a tomar cafecito a la casa de su suegra.

Arroyo agregó que tras la detención de María del Pilar la visitaba en la cana. "Iba los días de visita, que eran miércoles y domingos en los horarios correspondientes. También me acompañaba mi hermana Etelvina Arroyo", detalló el testigo.

Contó que cinco o seis veces fue Rocío a la cárcel. Ella tenía dudas de las imputaciones a su madre.

Todo cambió el 4 de marzo de 2009. Ese día Pérez recibió a Rodrigo y Etelvina "demasiado hiperventilada" y les dijo que había mucho de qué hablar.

"Había que pagarle a Ruz y al abogado (ex defensor) de Ruz o a la familia, plata para que cambiara su declaración", agregó Arroyo.

El pago sería de entre 30 y 40 palos. "Si yo no tengo nada que temer, por qué estoy ofreciendo plata y esa cantidad de plata", dijo Rodrigo.

"Me di cuenta de que ella tenía que ver en todo lo que estaba pasando: Diego, mi suegro, lo de Rodri (Héctor)", declaró.

Además, en la visita su suegra les entregó una "carta siniestra", según Arroyo.

En la misiva de ocho carillas, Pérez daba instrucciones de su "plan" para que Ruz se retractara de su confesión e inculpara a Agustín Molina, cuñado de "La Quintrala".