Zandra frente a su monstruo: "Me desplomé al verlo"

El antisocial que abusó de Zandra Parisi, amenazó de muerte a sus hijos pistola en mano y asaltó su casa junto a tres compinches, ni siquiera tuvo tiempo de sentir miedo.
En menos de 48 horas la PDI agarró a Iván Alfredo Gallardo Pacheco (23), un pinganilla de la población Lo Hermida, como autor confeso y líder de la banda que en la noche del domingo se dejó caer en el pasaje Helsby, de La Reina.
Desde su salida del cuartel de Investigaciones hasta el control de detención, Gallardo se mostró prepo y desafiante.
Mientras el fiscal Rodrigo Varela daba a conocer a la magistrada los pasos de la pandilla, el cuma le hacía honor a su apellido: Movía la cabeza y gesticulaba como si todas las palabras de la ley le importaran un pucho.
Justo detrás del imputado se encontraba Franco Parisi, economista y hermano de la dueña de casa que enfrentó a la pandilla. Tuvo que contenerse para escuchar la formalización sin perder la compostura.
Tras el dictamen de prisión preventiva, Iván miró hacia atrás, se levantó del estrado, caminó hacia la celda, alzó el dedo de al medio de su mano derecha y musitó una sacada de madre. Fino.
ATRACO
Según el relato del fiscal, la noche del domingo Zandra fue la primera en encarar a los flaites.
Justo cuando estaba en el escritorio, la educadora de párvulos sintió una mano en el hombro. Al darse vuelta se topó de frente con el caracho de Iván. "Tranquila, mamita. Esto es un asalto", le dijo el criminal.
"Sin perder nunca la calma, les dije que no iba a estar tranquila hasta estar con mi hija", relató.
Tras recorrer la casa los cumas le pidieron más dinero, pero Zandra les explicó que eso era lo que había. Iván apuntó a la cabeza de la menor de edad. "¿Y con dos refrigeradores no vas a tener plata?", inquirió Iván.
Luego de duras amenazas, se acercó por la espalda y le hizo tocaciones en la espalda y zonas íntimas.
"Me dijiste que no iban a hacer nada", reclamó la mujer a un gil de polerón calipso. El joven se enfrentó a Iván, le quitó la pistola y le dijo que no molestara más a la señora.
En total se llevaron un botín de 40 millones, incluidas una camioneta Chrysler, una Wii, una cámara digital, una tele LCD de 40 pulgadas y rollos de papel higiénico.
Antes de huir, las gárgolas dijeron que volverían en tres meses más.
GIL
Pero la impunidad le duró poco a Gallardo. Dos llamados telefónicos, hechos el 5 y el 6 de enero, soplaron que estaba vendiendo una tele LCD en una feria de Lo Hermida.
Se jactaba diciéndoles a los posibles compradores que era producto de un robo en La Reina.
En el cuartel fue reconocido de inmediato por Zandra y su esposo, el cirujano Marcelo Ramírez. Fue tal la impresión de volver a verlo que la corajuda profesional se desplomó.
Pese al shock, igual tuvo la entereza de ir al Centro de Justicia para ver a su victimario tras las rejas.
"Él le puso una pistola a mi hija y sobre mi cabeza. No tuvo piedad. Mi corazón explotaba cuando vi su rostro en una fotografía. Mi cuerpo no pudo sostenerse al verlo detrás de un vidrio. El miedo no se olvida", dijo.
"Lo peor fue lo que sufrieron mis hijos, mi vida y mi tranquilidad. El resto de la banda no estará libre mucho tiempo. Estoy muy tranquila y agradecida de Carabineros e Investigaciones", aseguró antes de irse con su familia.
Gallardo pasará los próximos 90 días recluido en Santiago 1, mientras la fiscalía recaba las huellas digitales de un cuchillo y dos cigarrillos que se encontraron en el lugar de los hechos.
La PDI busca al resto de la banda, entre ellos unos gemelos, de entre 18 y 20 años. Su caída es cuestión de tiempo.
Claudio Sanz S.
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