El regreso de Gabriel Ruiz-Tagle Correa a la presidencia de Blanco y Negro hizo que el empresario de 64 años volviera a enfrentar un tema que le gustaría olvidar.

Un caso que manchó de cierta manera su carrera empresarial, la cual comenzó en 1973 con la invitación de su amigo Arturo Matte a unirse al negocio papelero.

Ambos se habían conocido en el colegio San Ignacio y ninguno de los dos terminó sus estudios universitarios para poder dedicarle todo su tiempo a la compañía.

Pero la sociedad sólo duraría cinco años y tras venderle su parte a Matte, Ruiz-Tagle creó su propio sueño y lo llamó PISA.

Papel tissue

Fue esta fábrica la que más tarde le daría más de 55 millones de dólares, pues los suecos de SCA le comprarían la mitad de sus activos. Pero también sería la que provocaría que su nombre fuera asociado a una de las colusiones más grandes que se han descubierto en el país.

Sí, este es el tema que "Don Gabo" -como le llaman sus empleados- le gustaría olvidar: el pacto del papel tissue. El mismo que aún tiene a millones de ciudadanos esperando los siete mil pesos que la justicia determinó como indemnización.

"Lo que me importa a mí es que pudiendo hacerme todos los cargos posibles,no me hicieron ninguno. Sólo declaré como testigo de las reuniones que había sostenido en esos años, que fue el 2000 y fueron dos, con estos caballeros y lo que el Tribunal concluyó no fue una culpabilidad", enfatizó el militante de la UDI.

Lamentablemente para él, el fallo del Tribunal de Libre Competencia dice lo contrario. O al menos eso es lo que publicó el diario El Mercurio en diciembre de 2017.

"La prueba acompañada al proceso permite dar por acreditado que el acuerdo se inició en el 2000, tras una reunión en Las Brisas de Chicureo entre el entonces gerente general de CMPC Tissue, Jorge Morel, y el entonces dueño de Pisa (ahora SCA Chile), Gabriel Ruiz-Tagle", se pudo leer en ese entonces.

Pasión por el fútbol

Pero el ex ministro de Deportes del Presidente Piñera, en su primer mandato, no da su brazo a torcer y alega inocencia. "Soy consciente que esos cargos van a existir siempre y lo hacen muchas veces sin conocer los antecedentes", contestó ayer en el Monumental. Hasta donde llegó para iniciar su segundo período en la testera del Cacique. Esa donde se transformó en un personaje público y sorprendió a sus amigos más cercanos, cuando celebró con todo la estrella 29 del Popular en el 2009.

Es que nadie se lo habría imaginado antes corriendo y cantando por una cancha de fútbol como un fanático más, menos que llorara en un camarín por una estrella perdida (ante Everton el 2008).

Pero el fútbol le dio una pasión que hasta entonces no había encontrado en las maratones que tanto disfruta. Por eso mismo volvió, aunque en esos viajes familiares que goza de principio a fin, había prometido que no. Y regresó aunque deba dar explicaciones incómodas, pues como concluyó en el Monumental: "Sé que es un costo que tengo que pagar por lo que estoy haciendo acá y esto dispuesto a pagarlo".