Llegó a Colo-Colo como un desconocido, apenas una promesa de 18 años proveniente de Talleres de Córdoba, un equipo menor del balompié argentino, pero en dos temporadas Pablo Solari sorprendió a propios y a extraños. En ese período, el extremo ha disputado 47 partidos, sumando diez goles y ocho asistencias. Uno de esos goles, el más importante de la historia reciente del “Cacique”: el que los mantuvo en la división de honor, tras derrotar en instancias de promoción a la Universidad de Concepción.

También, el “Pibe” como lo apodan, fue fundamental en la campaña del ciclo anterior, en el que los albos pelearon hasta la última fecha el campeonato, que finalmente se llevó la Universidad Católica. Por eso, por expresa petición del entrenador Gustavo Quinteros, la cúpula directiva compró su pase al cuadro trasandino y luego, pese a una millonaria oferta desde el América de México, lo declaró intransferible. Solari es percibido como el jugador franquicia de Colo-Colo de cara a la triple competencia.

Y aparentemente no sólo por los albos…

“Dicen que hay un grupo de parlamentarios que quiere nacionalizar por gracia a Solari para la selección”, sorprendió en las últimas horas el periodista Juan Cristóbal Guarello. “En eso están”, insistió pronto.

Aunque luego estableció la duda: “No sé si aplica la nacionalización por gracia, hay que tener méritos importantes. Si quiere una nacionalización normal, son cinco años de residencia…”.

Claro, los deportistas que lograron adquirir la ciudadanía por gracia son escasos: el pesista Arley Méndez y el luchador Yasmani Acosta, ambos cubanos, y el tenismesista Yutaka Matsubara, que nació en Brasil y tiene padres japoneses.

Solari, de momento, lleva apenas dos años en el país, y hace algunas semanas había admitido que no se cerraba a una eventual nacionalización. Incluso, confesó que admiraba a Ben Brereton y a Alexis Sánchez…