Con el hermano de Ronaldinho, quién quiere enemigos...

Al crack le acaban de incautar tres autos de lujo y una obra de arte por los malos negocios de Roberto, su sangre y su mánager, y a quien culpan en Brasil de corretearle los millones y hasta las mujeres.

Alguna vez salió una estadística en marzo de 2013 que, lucas más, lucas menos, situó a Ronaldo de Assis Moreira como el quinto futbolista que más plata ganó en la historia del balón.

Gracias a que Dios lo que no le dio de talento en la cara sí se lo entregó con los pies, Ronaldinho llegó a una fortuna de 73 millones de euros durante esa temporada, gracias a los sueldazos que le pagaron los clubes donde jugó y los suculentos contratos publicitarios que firmó.

Es que hubo un momento en que Nike, Lloret del Mar, Danone, EA Sports, Lenovo y Kibon, por nombrar algunas marcas, se peleaban por contar con su bello rostro.

Pero nada dura para siempre. O todo lo bueno se acaba, ¿no? Y del magnate que se lucía tanto dentro como fuera de la cancha, sobre fuera donde míticas eran sus fiestas con mujeres y excesos, queda poco.

Sin ir más lejos, ayer se supo que la justicia brasileña le incautó tres vehículos de lujo y una obra de arte, que si bien figuraban a nombre de Roberto, su hermano, todos saben que en el fondo eran los últimos lujos que le van quedando al dientón.

La sangre

En la pillada de la justicia, el ex ídolo del Barcelona vio cómo le llevaron dos BMW y un Mercedes-Benz de su mansión en Porto Alegre, la misma hasta donde hace poco vivía con sus dos novias. Sí, es que al talentoso siempre le gustó meter más de un gol al mismo tiempo.

El golpe fue duro y en Brasil todos le echan la culpa de la quiebra en que se hallaría el ídolo, justamente, a Roberto, el hermanito del año que metió al futbolista en el negocio de la construcción de una plataforma de pesca en el lago Guaíba de Porto Alegre, que por evadir las reglas medioambientales le acabó costando un ojo del rostro al ex "10" de la Verdeamarelha.

Sólo por multas fiscales, así, "Dinho" se encalilló en 2,3 millones de dólares con el estado brasileño casi sin darse cuenta, pues toda la vida su hermano fue quien llevó los negocios y el futbolista sólo se dedicó a chutear.

Para peor, ni goles por hoyito puede hacer el ex campeón del mundo con el Scratch el 2002, porque por hacerle caso a Robertito, además, tuvo que patear a sus dos pololas, con las que incluso pensó en casarse al mismo tiempo.

En vista que le había armado una gira de exhibiciones a Emiratos Arabes Unidos, China y Marruecos, países donde podía ser mal visto zapatear en dos fondas, Ronaldinho debió otra vez hacerle caso al hermano.

Es que de algo hay que seguir viviendo. Y por algo "Dinho" ahora le hace hasta la música, como en el Mundial de Rusia donde apareció tocando la percusión en el show de Will Smith.

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