Se sabía, se olía y hasta se masticaba. Johhny Herrera, con la espalda en la mano, colgaba de un hilo para jugar el domingo en San Carlos.

Pero la baja, definitivamente, se confirmó ayer, cuando el propio capitán dio el diagnóstico. "Llega un minuto en donde tienes que parar", dijo el el "Samurái", que ayer cumplió 37 años y de la torta salió Fernando de Paul, quien será su reemplazante en el clásico.

El golero de la jineta no suma minutos desde el 28 de abril, cuando los azules recibieron a la "U" de Concepción y perdieron por 1-2.

Claro que los pronósticos tampoco serán tan funestos, pues Herrera avisó que espera tener el alta el día lunes para jugar los cuatro partidos que le restan al "León" por el torneo nacional y Copa Libertadores.

Sin cuchillo

Desde el mismo Centro Deportivo AZul manifestaron que no será necesraio que Herrera se opere, debido a que su lesión ha ido mejorando considerablemente y visitar el quirófano podría ser un remedio peor que la enfermedad.

De hecho, el ex portero y actual técnico de General Velásquez, Roberto Rojas, concordó en que entregarse al bisturí es riesgoso.

"Operarse es un tema muy personal, pues obvio que cuesta la recuperación cuando tienes más edad, Herrera después de superar su lesión buscará su mejor forma, aunque nunca será el mismo de 5 años atrás".

Tras salir en su Range Rover tipo tanque desde el cubil bullanguero, el Johnny tampoco se cortó las venas por "el viejazo" que lo ha tenido a maltraer.

"El penal del 2004 lo pateé con un desgarro en el sartorio. Todos los playoffs del 2011 los jugué con una fractura en la muñeca, pero le ganamos a la UC. Ante Cruzeiro estuve lesionado tomando muchos calmantes, a veces te resulta y otras no", repasó su ficha clínica.

En lo concreto, y después que al "25" le regalaron una torta las tías del fortín de La Cisterna, se confirmó que Fernando De Paul atajará su primer clásico oficial.

"El 'Tuto' lo está haciendo bien, ha estado esperando mucho tiempo ahí y ya es hora que pueda juegar", le deseó suerte Herrera, para que no digan que siempre quiere atornillarse.