En la historia del fútbol chileno, solamente cuatro equipos han logrado llegar hasta la final de la Copa Libertadores, el torneo de clubes más importante del continente, y son: Colo Colo, Unión Española, Cobreloa y Universidad Católica.

En el caso del conjunto hispano, guardan un agridulce recuerdo de aquella final disputada en 1975, cuando se enfrentaron a Independiente de Avellaneda, quienes habían ganado las tres ediciones previas.

En una serie llena de polémicas y marañas, el conjunto nacional estuvo cerca de la gloria eterna, y el plantel dirigido por Luis Santibáñez se quedó a un partido de alzar el título.

Una época dorada para los hispanos

La Unión Española vivió unos esplendorosos años en la década del setenta, protagonizando grandes campañas nacionales, lo que eventualmente les permitió representar a Chile en la Copa Libertadores, todo esto propiciado con la llegada del empresario Abel Alonso a la presidencia del club.

Tras la llegada de una nueva administración, el club se volvió poderoso, quedando segundo en el Torneo Nacional en 1970 y 1972, pero no lograron dar la vuela olímpica hasta 1973, de la mano de Santibáñez como DT.

El año siguiente no fue bueno para la Unión, por lo que el estratega fue removido de su cargo, aunque posteriormente fue recontratado. A pesar de una campaña irregular, en la liguilla se quedaron con el cupo para competir en la Libertadores del año entrante, así que armaron un plantel ad-hoc.

Entre los refuerzos que llegaron durante la pretemporada destacó el nombre de Eddio Inostroza, mediocampista llegado de Huachipato. A pesar de confiar en el plantel, nunca pensó que podrían llegar hasta una final del torneo continental.

Para la edición de 1975, los de Independencia coincidieron en el grupo de Libertadores, con Huachipato y los conjuntos bolivianos: The Strongest y Jorge Wilstermann, cuando el certámen tenía un formato distinto al actual.

Arrancaron la campaña muy bien, terminando invictos. Empataron todos sus partidos de visita y en casa golearon: 7-2 a Huachipato, 4-1 al Wilstermann y 4-0 a The Strongest, sellando su paso a la próxima ronda, donde se debía enfrentar con otros tres clubes, y el que acumulara más puntos aseguraba su paso a la final.

Los rivales en esa instancia fueron: Universitario de Perú y la Liga de Quito de Ecuador en encuentros de ida y vuelta. En la segunda ronda, los hispanos nuevamente quedaron como punteros, con 5 puntos.

Comenzaron con el pie izquierdo, perdiendo contra Liga de Quito, pero luego lograron vencer a Universitario en Santiago, vencieron a los ecuatorianos y empataron en Perú para sellar su clasificación.

La final de aquella edición estaba definida: Unión Española versus Independiente. El Rojo llegaba como favorito, ya que además de definir en su estadio, contaba en su plantel con figuras como Ricardo Bochini, Daniel Bertoni o Percy Rojas.

Un polémico desenlace

En el partido de ida que se jugó en Santiago, en el Estadio Nacional, la Unión hizo valer su localía y ganó con un gol agónico del “Negro” Ahumada, quien tuvo su revancha, ya que el artillero fue parte del plantel de Colo Colo que perdió la final contra Independiente en el 73’.

Tras el partido, el estratega hispano veía cercano el sueño de ser el primer conjunto chileno en alzar el máximo título a nivel de clubes del continente. Santibáñez conversó con la prensa y señaló: “El drama del fútbol chileno es que tiene poca historia y yo creo que estos triunfos configuran un panorama a futuro beneficioso, porque ya hay cosas que imitar”.

Además, adelantó que el duelo de vuelta en Buenos Aires iba a ser “extremadamente difícil”, ya que los de Avellaneda comenzarían el duelo mucho antes del pitido inicial.

El jugador de la UE, Francisco Las Heras, recordó la hazaña en conversación con Emol, a quienes señaló: “Nosotros creíamos que podíamos ser el primer equipo chileno en ganar la Copa Libertadores. No sé, algo nos faltó”.

Antes del duelo en Argentina, ocurrió un insólito percance que complicó al conjunto chileno: el bus que debía llevarlos al estadio no apareció, y debieron llegar al recinto por sus propios medios.

“El bus nunca llegó. Entonces, la directiva de Unión rápidamente llamó a taxis por teléfono y llegó una flota de taxis. Así nos fuimos al estadio. Nunca supimos por qué no llegó el bus. Según dijeron, era porque el tránsito a la hora esa era complicado y el bus se había quedado trabado en un taco”, menciona Las Heras al medio citado.

Los de independencia llegaron a la cancha justo a la hora, pero su desconexión les pasó la cuenta, ya que en el minuto de juego, Percy Rojas abrió la cuenta para el local. Pancho Las Heras igualó el marcador con un penal, antes de irse a los descansos, cuando comenzó el show de los trasandinos.

Cuando el árbitro uruguayo Ramón Barreto iba rumbo al vestuario, desde la barra de Independiente le lanzaron un proyectil, el que le causó con una herida en la frente, lo que lo obligó a dar el partido por finalizado, sin embargo, tras varios minutos de incertidumbre en los camarines, se reanudó el encuentro, lo que generó cierta desconfianza en el conjunto chileno.

“Hay una infinidad de cosas que no eran normales. Ellos en esas instancias eran los reyes de las trampas y había que estar atento a solucionar todo lo que se nos presentara, pero de repente nos sorprendía alguna maniobra de baja calaña. El árbitro fue agredido y lo hicieron volver al campo después de haber finalizado al encuentro. Entra con un temor natural de una persona que es agredida. Él fue agredido y fue amenazado. Pasaron muchas cosas totalmente raras que se daban en ese tiempo y nos perjudicó abiertamente”, señala el “Yeyo” Inostroza.

La segunda mitad, la Unión fue sobrepasada, tras un dudoso penal ejecutado por Ricardo Pavoni. Posteriormente en una controversial decisión, expulsó al chileno Mario Soto. Con uno menos, fue cuestión de tiempo para que Daniel Bertoni marcara el 3-1 definitivo.

Con una victoria de Unión Española, y otra de Independiente, según se estipulaba en ese momento, lo que correspondía era un tercer partido en terreno neutral: Asunción de Paraguay.

Los nacionales llegaron golpeados a este enfrentamiento, ya que el técnico Santibáñez había perdido a sus dos centrales titulares: además de la Soto, se sumó la lesión de Hugo Berly.

El duelo definitivo se agendó para el 29 de junio. El Rojo sacó la jerarquía y se impuso 2-0, tras goles de Ricardo Ruiz Moreno y Bertoni de tiro libre, un resultado que le permitió a Independiente quedarse con el título continental por cuarto año consecutivo.

Pancho Las Heras recordó este duelo, y entregó su honesta percepción: “El tercer partido ellos fueron superiores, no hay nada que decir, fue un buen campeón. Lamentamos mucho no poder traer la Copa a Chile”.

Luego de la desazón por quedar tan cerca de la gloria eterna, el conjunto hispano se centró en el Torneo Nacional, donde sí se quedaron con el título, en una especie de premio de consuelo para los jugadores.

“Yo creo que con Unión merecíamos ese título de la Libertadores por la honestidad y por el espíritu que teníamos para entregarnos en cada partido, pero nos superó la trampa. Lo recordamos con cariño, pero también con sentimiento de culpa. Disculpen los de Unión, disculpe la institución por no haber logrado eso, porque habría sido maravilloso”, reflexionó Eddio Inostroza.