Este martes el Sindicato de Árbitros del fútbol chileno decidió, con una contundente votación, paralizar sus actividades. Un “estado de reflexión”, lo llamaron ellos, luego de que la cúpula directiva de la ANFP hiciera oídos sordos a su petición de sacar a Javier Castrilli, y más aún cuando el trasandino respondió en las últimas horas cesando de sus funciones a once colegiados. Entre ellos se hallaban hombres de experiencia, como Julio Bascuñán… o Piero Maza.

Maza estaba en Bolivia, preparando el enfrentamiento entre el Always Ready y Corinthians, válido por Copa Libertadores, cuando leyó su nombre en las notas que comenzaron a brotar la tarde del lunes y que anunciaban su despido. No lo podía creer. “La verdad es que con mucha sorpresa. No he sido notificado formalmente y estoy sorprendido”, le dijo, de hecho, a El Deportivo de La Tercera.

“Este año he tenido bastantes designaciones. He viajado a Arabia, con (Alejandro) Molina y (Claudio) Urrutia. Las pocas veces que conversé con Castrilli, me felicitó”, argumentó luego, denotando su desconcierto frente al escenario que se planteó en las últimas horas.

Luego insistió, buscando alguna explicación: “En algún momento leí que era el vocero del movimiento para sacar a Castrilli y puede ser por eso…, pero, como le digo, lo último que conversé con él, recibí felicitaciones por ir a Arabia o a la Libertadores”.

Finalmente, Piero Maza anunció en la conversación con El Deportivo que buscará hablar con el mandamás de la ANFP Pablo Milad:

“Quiero hablar con Milad. Si continúa esta irregularidad, nos dejan sin dirigir a nivel FIFA. Y, como le dije, no hay argumentos técnicos para eso”.

“Si es por un tema de edad, tengo 37 años. Mi rendimiento físico es uno de los más altos a nivel sudamericano. Por algún lado tendría que pillarme, pero no hay ninguno. Por eso, me lo quiero tomar con tranquilidad y luego decidir qué hago”, completó.