La semana pasada parecía todo listo para que Matías Fernández volviera a vestir la 14 de los blancos. El complicado momento que vive en su actual club, Junior de Barranquilla, y las ganas del jugador de retornar al país, allanaban el camino para uno de los reencuentros más esperados por los hinchas.

Sin embargo, la respuesta de Blanco y Negro no fue positiva. Al interior de la gerencia técnica hay dudas sobre su estado físico (por las constantes lesiones que afectan a su rodilla izquierda) y alegan que no hay dinero para costear un sueldo elevado.

A eso se le agrega la negativa pública del técnico Mario Salas, quien aseguró el sábado pasado que "todavía no hemos visto nada de Matías, no hemos sabido absolutamente nada".

El enojo de Fernández

Por lo mismo, esas actitudesmolestaron al volante, pues siente que son evasivas de la concesionaria para evitar una negociación, cuando bastaba un llamado para decirle que no y todos quedaban tan amigos como siempre.

Además, su entorno aseguró que Fernández "no está lesionado y que tampoco pretendía ganar un sueldo ultra-millonario". De hecho, solo quería volver a su casa y devolverle en cancha el cariño que siempre le ha expresado la fanaticada del Cacique.

La historia parece que no tendrá un final feliz y si bien LaCuarta.com intentó comunicarse con la concesionaria del Popular, hasta la publicación de esta nota no recibió respuesta.