Se esperaba un gesto de Blanco y Negro. De hecho, los jugadores han mantenido absoluto silencio para no echarle pelos a la sopa.

Pero los patrones de la concesionaria alba demostraron ayer que son mano de chaya y en vez de cumplir la ley, que los obliga a pagar con su patrimonio las pérdidas obtenidas, quieren endosarle las vacas flacas a sus trabajadores.

O al menos eso es lo que decidieron en el directorio, donde se resolvió que se seguirá conversando con los jugadores, pero desde la oferta que se realizó en abril.

"El directorio ha decidido reafirmarla", aseguraron desde la entidad en un comunicado. O sea, todas las y los trabajadores que ganen menos de un millón de pesos (143), no tendrán descuento alguno. Los que reciben entre un palito y 2,5 guatones tendrán 30% de descuento de aquí a diciembre y sólo un 15% se les devolverá en el futuro.

De 2,5 a 7,5 millones no verán el 40% de su sustento y sólo les reembolsarán el 20%.

En tanto, los que recibían más de 7,5 guatones, ahora ganaran 50% menos y después verán sólo el 25% de lo que ByN les sacó.

¿Y el seguro de cesantía?

Y si bien los hombres de cuello y corbata que no supieron administrar bien la empresa para enfrentar tiempos difíciles, quieren volver a sentarse con los que mojan la camiseta y generan las lucas, ayer prefirieron pasar varios puntos por alto.

Es cierto se van a volver a reunir con los deportistas en la Dirección del Trabajo, lunes o martes, pero no dijeron si tenían la voluntad de pagar los 22 días de abril que los muchachos trabajaron.

Tampoco dijeron hasta cuando tendrán a los chiquillos cobrando el seguro de cesantía, pues le aplicaron la Ley de Protección del Empleo, o si en el acuerdo que logren quieren incluir al resto de los obreros.

Lo que si se sabe es que su contraparte quiere conversar y que no desean dejar fuera de lo que arreglen al resto de las personas que trabajan en el Monumental.

Por ahora, todo dependerá de la negociación que tendrán en los próximos días, para saber si la postal que adorna esta nota, donde salen Esteban Paredes y Aníbal Mosa abrazados, se vuelve a repetir.