Un inédito sucedo se vivió en un partido de de la Copa Femenina de Portugal, entre el Benfica y Sporting de Lisboa, donde los locales se imponían por 3 a 0 (acabó en 5-0).

Cuando el primer tiempo ya finalizaba, frente a unos 15 mil hinchas, una persona en las gradas del Estádio da Luz se enfermó y requirió de asistencia, por lo que dos integrantes del cuerpo médico del Benfica acudieron en su auxilio.

En aquel encuentro disputado el sábado, la árbitra Catarina Campos vio la escena y corrió hacia los profesionales de salud para mostrarles lo inesperado: una tarjeta blanca.

El momento desató los aplausos entre el público. Y es que a diferencia de la amarilla o la roja, esta tarjeta no es una amonestación o una expulsión, sino que un reconocimiento al fair play (juego limpio) durante un partido. Es decir, se trata de algo simbólico.

La Federación de Fútbol de Portugal y la Junta de la Asociación Internacional de Fútbol lideran esta propuesta en el futbol profesional desde el 2018, pero aún no es aceptada en certámenes como la Premier League.

La iniciativa forma parte del Plan Nacional de Ética en el Deporte de Portugal y, en específico, la tarjeta busca “reconocer los comportamientos correctos en el campo, aplicándose a jugadores, entrenadores y también aficionados”.

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