“Tuve mucha suerte”: tras accidente en el Dakar, Pablo Quintanilla detalla su recuperación

Pablo Quintanilla se está preparando paa el Dakar de Sudáfrica.
Pablo Quintanilla se está preparando paa el Dakar de Sudáfrica.

El piloto de motos sufrió una caída a alta velocidad, lo que lo obligó a perderse la carrera y lo mantiene alejado de las pistas. En conversación con el Diario Pop relató los angustiantes minutos que vivió en la carrera de Arabia Saudita.

Ha sido un comienzo de año agitado para Pablo Quintanilla. El piloto nacional partió el 2025 con un gran desafío, ya que emprendió rumbo a Arabia Saudita para ser parte del Rally Dakar en el país, sin embargo el 13 de enero sufrió una fuerte caída en el kilómetro 133 de la etapa, lo que lo obligó a dar un paso al costado de la competición.

Desde entonces, el deportista se ha enfocado en su recuperación, siguiendo todas las instrucciones de su equipo para volver a subirse a su moto lo antes posible. En conversación con La Cuarta, desde su casa en Concón se sinceró sobre su recuperación, y reveló cuál será su próximo gran desafío internacional.

A más de un mes de su accidente, Pablo está recién retomando sus entrenamientos habituales, por lo que no podrá ser parte de la nueva fecha del Dakar en Abu Dabi. Si bien es un proceso lento, Quintanilla reconoce que fue muy afortunado al no presentar lesiones graves, considerando que sufrió un impacto a alta velocidad.

“Ahora estoy mucho mejor. Los primeros 15-20 días fueron los más complejos, porque tenía mucho dolor en la espalda y la rodilla. Me tuve que hacer una intervención hace dos semanas, un bloqueo localizado en el tobillo, donde vengo arrastrando una lesión antigua del Dakar 2019, y además me tuve que infiltrar la espalda para manejar el dolor, porque me estaba limitando mucho el día a día”, señaló al Diario Pop.

“Estoy intentando apurar el proceso de rehabilitación para empezar a moverme. Ya ha pasado un mes, en el que me siento mucho mejor, he retomado mis entrenamientos físicos casi en un 80%”, agregó el piloto.

Pablo Quintanilla

Un accidente que pudo ser fatal

El Dakar es conocido por el mundo tuerca como la carrera más peligrosa del mundo, ya que pilotos de diferentes categorías avanzan a altas velocidades por lugares recónditos y sorpresivos. Los conductores de moto tienen la compleja misión de ir abriendo camino por el desierto, evitando cualquier obstáculo en el camino, o al menos esa es la idea.

Cualquier fallo de cálculo podría ser fatal para los deportistas, quienes en cuestión de segundos pueden tener complicaciones, tal como le pasó al chileno, quien relató cómo vivió su choque a comienzos de año.

“Fue un accidente fuerte, es la caída más rápida y más fuerte que he tenido dentro de mi carrera, iba a alta velocidad, he tenido otras caídas pero nunca a esa velocidad. Lo que me acuerdo es que íbamos por un camino muy rápido entre un valle, a aproximadamente 160 kilómetros por hora. Y antes de tener el accidente habíamos pasado por unos peligros, bajé un poco la velocidad y me encuentro con un escalón que estaba bastante alto”, narró Quintanilla.

Al ver el peligro tan encima, y a una velocidad tan alta, fue poca la reacción que pudo tener. “No fue mucho lo que pude hacer, casi ni frené y lo impacté muy rápido. Caí con la cabeza y la espalda, quedé inconsciente por 5-7 minutos hasta que me asiste el piloto que venía atrás, Adrien Van Beveren, un compañero de equipo y amigo que estaba muy asustado”, detalla el conductor.

“En ese momento intentas identificar de dónde viene el dolor, pero es casi imposible porque duele todo, no diferencias si tienes alguna parte del cuerpo fracturada o no, porque es un dolor súper intenso en el cuerpo completo”, agregó.

Una vez que fue socorrido por su amigo, el siguiente paso es mandar un aviso a la central en Francia, quienes se encargan de gestionar el rescate, mandan un helicóptero que llega en un lapso cercano a los 20 minutos. Pablo fue trasladado hasta un recinto asistencial donde fue tratado.

“Cuando llegué al campamento, conversando con mi compañero le digo lo último de lo que me acuerdo, y el me dice: yo venía atrás muy rápido (normalmente cuando hay un accidente la moto emite una alarma en un radio de 400 metros, y al piloto que viene atrás le empieza a sonar una baliza), pero no veía nada, hasta que veo un peldaño muy alto y veo tu moto 100 metros más adelante, unos pedazos de la moto, pedazos de casco, y te veo un poco más adelante de boca en el piso, no te movías, en ese momento te imaginas lo peor. Me acuerdo perfecto cuando me decía: Pablo, perro, soy yo, estaba muy asustado”, confesó el deportista.

Tras el accidente, los ingenieros de su equipo descargan la información contenida en el sistema del vehículo, lo que permite saber con exactitud las velocidades que se alcanzan durante la carrera. De acuerdo a lo especificado, la moto se detuvo en una marcha de 135 kilómetros por hora, por lo que se estima que el choque fue aproximadamente a más de 140 km/h.

“Conversando con el ingeniero me dice que de los años que lleva trabajando, nunca había visto una data de alguien que haya tenido una caída a tan alta velocidad y que el piloto no haya salido con lesiones graves. Tuve mucha suerte, fui muy afortunado, porque donde caí el piso estaba liso, en el desierto pueden haber piedras o grietas y además el sistema de protección de airbags funcionó muy bien”, comentó el multicampeón de rally.

Pablo Quintanilla habla tras su grave accidente en el Dakar

El deportista explica que dentro de la pechera que cubre brazos, hombros, pecho y espalda, trae incorporado un sistema anti impacto que se activa cuando hay movimientos muy bruscos. “Se puede activar dos veces, el primero se me activó cuando iba en el aire, y el segundo al momento del impacto. Eso me salvó de no tener fracturas o alguna complicación más grave, si no hubiese ido con un sistema de protección tan avanzado, seguramente hubiera sido un accidente grave”, asegura.

“Tuve un montón de contusiones en todo el cuerpo, me esguincé los tobillos, me corté un ligamento de la rodilla. Los días siguientes a la caída no podía caminar, tenía el cuerpo muy inflamado”, señala Pablo.

Recuperación y próximos desafíos

A pesar de que Pablo Quintanilla ya es un experimentado del rubro, no puede negar sentir frustración al quedar fuera de competencia producto de una caída, y la posterior recuperación. El Dakar es la carrera más importante del mundo, durante dos semanas se recorren 9 mil kilómetros, y participan alrededor de 800 competidores, lo que finalmente se traduce a una caravana de 3 mil personas, entre pilotos, mecánicos, ingenieros y acompañantes.

“Requiere de un ritmo muy agresivo, sobre todo los pilotos que vamos adelante en moto, ya que no tenemos camino, vamos abriendo la pista para los pilotos que vienen atrás. El nivel es muy alto”, acota el chileno.

“Hay una frustración, hay mucho trabajo de por medio, es una carrera que se prepara con seis meses de anticipación, entonces hay mucho sacrificio. Cuando ves que estás fuera de competencia hay una frustración y una pena, pero también llevo muchos años corriendo, he pasado por momentos muy buenos y muy malos, éxitos y frustraciones, y es con lo que uno aprende a convivir como deportista de alto rendimiento. Fue un momento frustrante pero la vida sigue, hay que dar vuelta la página”, confiesa Quintanilla.

Debido a la peligrosidad de los circuitos, los deportistas cuentan con un protocolo que los obliga a detenerse en caso de que un piloto tenga un accidente y necesite ayuda. “Cuando hay un accidente es obligación detenerse a asistir al piloto el tiempo que sea necesario, luego la organización te devuelve ese tiempo que estuviste con el piloto detenido. Teniendo en cuenta la dificultad y el peligro que se tiene dentro del desierto, jamás se te pasaría por la cabeza no parar. Además que cuando ves un accidente en el desierto te asustas, porque uno está solo, sabes las velocidades que se toman, y sabes que una complicación puede ser muy peligrosa”, explicó el corredor de motos.

La recuperación de Pablo lo dejó al margen del Dakar de Abu Dabi que arrancó esta semana, uno de los circuitos predilectos para el chileno. Por lo que ahora prefiere centrar su atención en su próximo desafío, cuando ya haya sanado de sus lesiones.

“No fui a la carrera porque no alcanzaba a llegar, todavía no puedo subirme a la moto, en los primeros días de marzo voy a empezar nuevamente mi entrenamiento en moto. Abu Dabi es una carrera que me gusta mucho, la gané, y obviamente me mantendré atento a los resultados. Es peligrosa pero es una carrera muy entretenida, así que estaré pendiente, y desearle a los chilenos una buena carrera, lo primero es que lleguen sanos y que también disfruten, hay pilotos que van por primera vez, y al final es una linda carrera, se disfruta”, confirmó el piloto.

El seguimiento de la carrera se puede hacer a través de las redes sociales oficiales del Dakar. Los canales de la competencia entregan los detalles de las transmisiones y las posiciones de los corredores.

Más allá de sus deseos por volver a las pistas lo antes posible, Pablo se lo toma con calma. “Ahora con la experiencia no me genera tanta ansiedad”, confiesa. “Cuando estaba más joven quería subirme a la moto rápido y me daba lo mismo estar con dolor y correr el riesgo de que podía ser peor. Ahora me lo tomo con más calma, prefiero aguantarme las ganas de andar en moto, y subirme cuando sé que estoy al 100%, además después de Abu Dabi no hay ninguna carrera cerca, y eso me permite hacer una buena preparación para la siguiente carrera, entonces para mi no tiene sentido intentar subirme rápido a la moto”, reconoce.

Enfocado en ir avanzando en su recuperación, Pablo Quintanilla confiesa cuál será su próximo desafío internacional, y cuándo debería volver a las pistas: en mayo, para la etapa de Sudáfrica de la carrera.

COMPARTIR NOTA