Mientras la familia de Amy Winehouse insiste en que la cantante estaba limpiecita y purificada antes de irse pa'l patio de los callados, su dealer se fue de tarro con el diario Daily Mirror, donde dijo que la fallecida le compró droga antes de morir.

El compadre, identificado como Tony Azzopardi, ayudó a Amy a conseguir la cuestión horas antes de que fuera encontrada tiesa en su casa el sábado 23 de julio.

Azzopardi, quien conoció a Winehouse gracias a la maravilla de esposo que tenía, Blake Fielder-Civil, soltó que se encontró con la cantante a eso de las 11 de la noche del 22 de julio y que ella le pidió que la ayudara a comprar droga.

Tras llamar por cuernófono consiguieron que un vendedor, a quien Amy le dio 1.200 euros (casi 800 lucas), le proporcionara crack y heroína. Horas después fue encontrada muerta, aunque según trascendió no había droga a su alrededor.

Este testigo, considerado clave por los polis británicos, dijo que atestiguó ya que quiere que la familia Winehouse sepa la dura y que no le cuenten cuentos.

Esta nueva historia se contradice absolutamente con la versión del padre de Amy, quien asegura que su hija ya no consumía drogas hace años y que llevaba tres semanas sin tomar.

Gracias a esto, surgió la teoría que dice que la cantante sufrió un shock tras la brusca abstinencia a la que se sometió, lo que finalmente le produjo la muerte.