Mas doblada que pantalón de camionero y con todas las pechugas en vitrina, la locateli cantante Amy Winehouse, se lució ante sus fans en Brasil.

La controversial cantante inglesa fue captada por un fotógrafo en el balcón del hotel donde se hospedaba en Brasil, país donde la cantante tiene agendado 5 conciertos, el primero de ellos, este sábado en Florianópolis.

Al parecer, la niña rebelde del soul habría pedido para disfrutar su estadía, algunas bebidas alcohólicas como vodka, cerveza y vino, entre otros copetitos.

Sin embargo, los productores de sus shows pararon las antenas, y como cacharon que la cantante se podría mandar un condoro de aquellos por su costumbre de caerse al litro, se encargaron de que no hubiera ni una gota de alcohol en la habitación de la cantante.

Obviamente, eso no fue un problema para ella, quien no demoró en conseguirse un copetito. Amy se habría pasado a la pieza de su vecino de habitación, donde se tomó hasta el agua del florero.

Hasta ahí iba todo bien, sin embargo, el numerito lo culminó cuando decidió asomarse a la terraza de la habitación. La lola, muy suelta de cuerpo, no se dio ni cuenta que tenía al aire las callaguaguas, más encima, para su mala suerte, había un paparazzi que aprovechó de sacar su foto del año.

Pero el asuntito no quedó ahí, porque tras tomarse toda la champagne del cuarto del vecino, la cantante no encontró nada mejor que dárselas de Hulk y mareada y todo, se puso a romper todo lo que encontró a su paso, dejando la mansaca.

La intérprete del temón "Rehab", no sólo fue fotografiada por la prensa farandulera, sino que también recibió una ovación de sus fans, quienes se encontraban a la espera de un saludo de la morena, quien decidió darles esa especial performance.