Está que arde la cosa en el reality del 13, papá.  Los días no pasan en vano y cada extraño que entra al encierro deja la patá. Y ojo, se vienen más invitados sorpresa.

Que tire la primera piedra el que no se ha pasado un filme triple X con la rica y masticable  Domique Gallego. Según los expertos en filete de primer corte, la muchacha está como quiere. Es más, con ese improvisado cintillo púrpura que usa para tomar su cabellera se parece a Pocahontas.

El culebrón  es que esta criatura estuvo poco tiempo fuera de pantalla, no se olviden que tenía comiendo de la mano  a varios pasteles en el causeo 40 ó 20, donde finalmente le entregó su corazón y algo más al trasandino que habla cantadito.  Igual a Luli. Pero volvamos a la historia, miren que fue tan breve su estadía fuera de la tele a color, que ni siquiera fue capi de arreglar un tema pendiente con un pretendiente que se quedó con así las ganas de hincarle el diente: Bernardo.

Y como el mundo es chicoco como una pepita de ají, los vivarachos de la mula realidad del 13 no hallaron nada mejor que llevar a este modelo de bóxer con nariz a echar la talla  con los brocas del futuro y el pasado.

Es más, como el caregalán se peina en el arte de las  parrillás con y sin interiores, se metió al mambo con caleta de carne y se lució con asiático que de puro mirarlo daban ganas de chupetearse los dedos. Cuento coro, el Berna entró con la mejor de las ondas y cuando tuvo que saludar al Joche (che que le quitó a la Domi en el reality anterior) lo hizo como un caballero de la mesa redonda.

La comilona partió y de a poco se fueron poniendo a tono. Ni les explico como fue el cambio de luces entre Gallegos y el Berna. Eran más candentes que el carbón de la parrilla. Tanta era la onda onda que mi tío  varias veces le afiló el tip top parrillero  y mordiéndose con los dientes el labio de abajo saboreaba las curvas de la Domi.