Oriundo de Quintero, el “Caluga”, como es conocido en el mundo musical, es actualmente el trompetista más cototo del país. Gracias al poder de sus labios, el “Juanes chileno” logró pasar por las principales orquestas del país, hasta que su talento lo hizo cruzar fronteras.

Actualmente el hombre, cuyo nombre real es Gonzalo Escobar, recorre el mundo a punta de giras, y toda esta semana se alojó en el Hyatt, a la espera de su primera tocata en Chile, esta noche a cargo de la trompeta de Ricky Martin.

Y aunque no es menor volver a su país para tocarle el instrumento en vivo al boricua, el hombre se toma con humor su pega con el ídolo internacional. “La mayoría de mis amigos me tiró la talla, pero es lo que hay y me siento orgulloso de tocar la trompeta ¡con Ricky Martin!”, contó el músico.

El “Caluga” pescó por primera vez la trompeta cuando era un púber. “Comencé a los 10 años, en una escuela de Quintero especializada en bronces, y me pasaron una trompeta que era el último instrumento que quedaba en la sala de banda, y yo quería pertenecer a ella, de puro picúo”, recordó.

Ya de grande, Gonzalo pescó sus pilchas y se mandó a cambiar a la Quinta Región, donde fue uno de los fundadores de "La Gran Sonora", que recuerda con cariño.

“Fue la primera vez que pude mostrar mi trabajo. Nunca antes había podido mostrar mis arreglos y hacer que diez personas los tocaran”, detalló.

Cuando tenía 19 años, Chalo, ahora de 27 primaveras, se viró pa’ España. “Recuerdo que en ese tiempo tuve que dejar un reemplazo, porque me llamaron de la ‘Orquesta Anaconda’, me mandaron el pasaje un jueves y el sábado ya estaba en camino, con un poco de ropa y mi trompeta. Estuve allá por ocho meses”, soltó.

Tras el tiempo en tierras petazetas, al muchacho le comenzó a ir del uno por aquí y le echaron el ojo. “De inmediato me llamaron de grupos conocidos, como ‘Noche de Brujas’ y se me abrió una posibilidad de trabajo impresionante”, recordó.

Luego vendría el turno de “La Noche”, a la que entró justo después del terremoto. “Duré tres años con ellos, fue un bonito proceso, pero yo ya estaba un poquitín aburrido y me fui cuando el grupo estaba funcionando bien. Pesqué mis cosas nuevamente y me devolví a buscar mi vida en España el 2011”, contó el trompetista.

A TOCAR CON RICKY

En ese tiempo, según le contó a La Cuarta. “Me dedicaba a tocar en las temporadas altas en ambos lados. Cuando me venía para acá, tenía mucho trabajo y ya no era venir a tocar con cualquier banda, ya pasé a tocar con Joe Vasconcellos, a grabar con Manuel García, e internacionales también, hasta que quedé chato de ir a España. Ahí fue cuando conocí a Cheíto Quiñones, el trompetista durante años de Ricky, con él después hicimos una clínica para jóvenes músicos”.

"Después nos mandábamos mensajes, y conocimos bien el trabajo de cada uno, hasta que un día Cheíto quería dejar la banda y sentía que también tenía que pasar a otra etapa, para darle la oportunidad a gente más joven, por lo que me preguntó si quería ser parte de la banda de Ricky. Yo en un principio le pregunté si me estaba bromeando, pero cuando me dijo que no, le dije de inmediato que claro", confesó el artista nacional.

Para nuestro compatriota esta fue la oportunidad de su vida. “Lo único que quería era aprender de gente como Dave Cabrera, que es el director de esto, que son de lo mejor del mundo, lo que a mí por lo menos me llena más que el dinero, porque te estás preparando en la mejor escuela, y para qué hablar de Ricky, que es una persona muy exigente y de la misma forma muy cercana a la gente”, remató el lolo.