El miércoles pasado el "Buenos Días" anunció con bombos y platillos que el Instructor de "Pelotón", Reynaldo Diego González Mariangel, contaría toda su verdad respecto al problema con la recluta Santos, quien aseguró que tuvo un affair con él.

Y así lo hizo. El ex militar  negó cualquier relación y aclaró que era un hombre felizmente casado y padre de tres hijos, que viven en Concepción.

Sin embargo ni en esa ni en otra entrevista que haya concedido este hombre que siempre habló a sus reclutas del honor y la familia dijo que en Valparaíso existen dos retoños, Diego y Natalia, de una antigua relación que omitió reiteradamente a los medios.

¿Qué hizo que el hombrón que tiene una imagen intachable quisiera ocultar esa parte de su pasado? El diario pop investigó el tema durante un mes y aquí están las respuestas que su hijo Diego González (31) y el propio ex Infante de Marina nos entregaron sobre este delicado tema.

UNA PERSONA MÁS

Diego es el mayor de los cinco hijos de González. Accedió a ser entrevistado por  La Cuarta tras largas conversaciones. Es que el asunto es complicado, ya que detrás de él está su hermana Natalia, también hija del Instructor, y su madre, quien fue la pareja del ex marino hace unos 30 años. Ambos fueron reconocidos, pero el contacto entre padre e hijos fue casi nulo.

Actualmente Diego y Natalia viven en el Cerro Esperanza, de Valparaíso, y llevan una vida de esfuerzo. Él trabaja como vendedor en una conocida empresa de bebidas gaseosas y por las noches estudia para poder ser un buen profesional y sacar adelante a su hijo.

El primer indicio de la existencia de Diego fue un dato que llegó vía mail. En todo caso más allá de la comprobación que le pedimos, papeles, rut y otros antecedentes, es cosa de apreciar el metro ochenta de altura, el tono de hablar y el look similar al ex infante de marina. "Me han dicho que me parezco bastante", dijo, pero sin gran revuelo.

- ¿Realmente tú Diego y tu hermana Natalia González son, efectivamente, hijos de Reynaldo González, "Instructor de Pelotón"?

- Sí, soy hijo de él, al igual que mi hermana Natalia.

- ¿Por qué nunca el Instructor ha reconocido públicamente que tiene hijos en Valparaíso?

- Ese es un problema de él, deberían preguntárselo...

- ¿Cuándo lo conociste?

- Hace unos tres años y medio.

- ¿Cómo ha sido la relación desde entonces?

- Siempre igual. Llamadas por teléfono, buena amistad, nada más.

- ¿Cómo evalúas al Instructor en su misión como papá?

- Mis padres son mis abuelos y mi mamá, y nada más.

- ¿Qué pensaste o sentiste la primera vez que lo viste en la tele?

- Nada, absolutamente nada, pensé que era una persona más en la tele.

DESAHOGO

Complicado se veía Reynaldo González cuando accedió a juntarse con nosotros el domingo recién pasado en un restorán frente al Casino de Viña, para conversar de estos hijos de los que nunca habló en público: "Los hijos jamás se niegan, nunca he negado a mis hijos, jamás. Desde el momento en que los tuve, quizás siendo muy joven, inexperto, pero me hice responsable de dos personitas que en este momento son mayores".

- Desde que lo hemos visto en la tele siempre en entrevistas ha dicho que tiene tres hijos, ¿porqué omitió a sus dos retoños de Valpo?

- Siempre he dicho que soy un hombre casado y padre de familia. Quizás el tiempo en que se me han hecho las consultas y no es veraz en lo que uno dice, o no es categórico en decir algo. Mis hijos son todos, tengo una muy buena comunicación con ellos, el grupo de mis hijos se mantiene en contacto, por lo tanto creo que esto ha sido un error desde un comienzo, así que pido las disculpas que corresponda por omitir cosas que son tan importantes.

- Diego nos dijo que a usted no lo ve como a un padre, que esa función la suplieron su madre y abuelos, disculpe, eso debe ser muy duro...

- Le encuentro toda la razón. Lamentablemente ellos no se criaron conmigo y él se crió con su madre y sus abuelos. A mí también me pasó lo mismo, fui criado por mis abuelos, creo que eso no es una justificación, pero ahora hay una comunicación muy fluida y hemos superado muchas etapas.

Francisco Bonifaz