Este miércoles comenzó el nuevo culebrón de TVN, "Su nombre es Joaquín", y de entrada cachamos que su protagonista, Álvaro Rudolphy, se las sufre todas teniendo que hacer feliz a tres chiquillas guapas de la talla de Antonia Santa María, Alejandra Fosalba y Paola Volpato.

Son varias las escenas califas con que el actor galancete se tuvo que sacrificar, pero su performance no  sólo sació su hambre ardiente, sino que también, según sus palabras, lo hizo profundizar en su rol como capo máximo de una secta donde le llueven las esposas y delitos varios.

"La poligamia es uno de los temas que se toca, pero de manera tangencial. Hay otros temas más puntudos, más peludos, como el aborto, el incesto", explicó.

- Son temas re peliagudos, ¿no crees que la gente conservadora puede irse en pálida?

- Hay temas que se tocan y se muestran las dos posturas, los que están a favor y en contra, así como la gente que realmente toma decisiones y las víctimas que lo sufren. Mi personaje funciona por mandato divino, pero no se toman posturas drásticas por esos temas.

OH, MI DIOS

Yéndose más en la profunda, Álvaro se fue bien en la religiosa y expresó: "Mi personaje es un profeta que conversa con Dios y que apunta no solo a una, sino que a todas las religiones.  Él se aprovecha de cosas que conoce de distintas religiones. Él tiene su propia religión donde rescata lo que más le sirve".

- ¿Te inspiraste en el Profeta de Peñalolén?

- No, no tiene nada que ver con eso. La visión del Profeta de Peñalolén es lo más alejado que tiene que ver este personaje.

- ¿En qué sentido?

- Aquí el tipo está profitando de esta situación. Es un chanta. Pero en este caso es distinto, él siente un llamado de Dios, hay una voz divina que le está hablando. Se aleja de eso, hay una intención divina buena. Él quiere salvar a mucha gente para iniciar esta nueva era. Él cree fervientemente en el fin del mundo, sabe que viene un cambio importante y él está preparando gente para repoblar ese nuevo planeta. El profeta de Peñalolén era un chanta,y yo soy un iluminado de Dios que está haciendo el bien.