El lunes Lucho Jara se comprometió en la pantalla de su matinal "Juntos" a bajar la panza y volver, en lo posible, a tener la figura esbelta y delineada de la cual gozó en sus años mozos. Para cumplir con su palabra y ninguna lengua empiece a pelar que lo que verseó fue puro tollo pa' la tele, el redondo conductor ayer se fue derechito al Centro de Tratamiento de Obesidad de la Universidad Católica. Allí fue recibido por la nutricionista Ana Palacios. Lo subió a la balanza, con una mansa huincha le midió las presas, en fin, la profesional lo evaluó de pies a cabeza, cachando que, efectivamente, el hombre estaba pasadito en un lote de kilos. Luchito, según el pesaje de la UC, está en  93 kilates con 700 gramos, cifra que no pega ni junta con su cerca de metro setenta de estatura. Cabe aclarar que ayer en pantalla llegó a los 97 kilos de una.

SIN QUESO

La nutricionista  le dijo que tenía que someterse a un estricto tratamiento. Le hizo una dieta especial, donde las grasas y todo producto que enguate quedaron eliminados. "Lo que más voy a extrañar comer es el queso... mmm el queso derretido, en las pizzas, me encanta", se lamentó el cantante que, si bien tiene ene ganas de bajar la ponchera "no me lo voy a tomar de manera neurótica".

El régimen, que desde hoy lo empezará a aplicar, consiste en comer cinco veces al día, complementado con ejercicios. "Como trabajo mucho, gasto mucha energía desde temprano, uno come a deshora y eso representa a muchos chilenos".

UNO POR CIENTO

Si atina al pie de la letra con estas indicaciones, el animador cada semana perderá el 1 por ciento de su peso. O sea de aquí a tres meses quedará de pasarela y a tono con su amigui, la cada vez más flacuchenta Raquel Argandoña.

"Espero alcanzar en unas 12 semanas los 80 kilos, esto lo hago básicamente por un tema de salud y la idea es que en este tiempo logre cambiar mis hábitos alimenticios y no sufrir con ello, llevar una alimentación más sana", dijo.