Este miércoles, un juez acusó formalmente al canadiense de pegarle a un fotógrafo y de robarle platita y su equipo.

Debido a este atado la justicia trasandina decidió que si llegara a pisar en su territorio, el ex de Selena Gomez sería llevado a la capacha.

El tete legal partió cuando el intérprete de "Baby" enojó a sus seguidores en un concierto en Buenos Aires, en noviembre de 2013.

Ahí cuando no se le ocurrió nada mejor que barrer el escenario con la bandera de Argentina. Eso sí, Bieber más tarde dijo que pensó que era una polera.

Pero eso no fue todo, porque tras salir del recinto, el artista, que entonces tenía 19 pepas, habría mandado a uno de sus guardaespaldas a agredir a un fotógrafo.

Fue denunciado, se investigó el tema y la justicia está esperándolo para enrejarlo.

¿JUEZ FIGURETI?

Según el portal pelambrero gringo TMZ, Bieber tiene un plan pa' zafar. Sus abogados apelarán la acusación con la esperanza de que los caporales legales cachen de que se trata de "un acto publicitario por parte del juez que dictó la sentencia", afirma el portal.

Según una fuente de la web que sapea a super famosos, "el juez está siendo contraproducente con su propio país", porque el joven detrás de "Sorry" "puede aportar una enorme cantidad de dinero a su economía", aunque el artista no tiene ninguna fecha confirmada para actuar allí.

"SI TE VIENEN A CONTAR COSITAS MALAS DE MÍ"...

Desde que sucedieron los hechos, el veinteañero jura de guata que él no tiene na' que ver en el lío.

Por otro litro, las "Beliebers" argentinas se manifestaron en las calles de Buenos Aires con carteles que decían: "Argentina necesita a Justin" y "derecho a la música".

Ante esto, él respondió con un mensaje en Twitter: "Argentina, los amo. De hecho, es uno de los sitios donde más me gustaría actuar. Desearía que esto no fuera así. Mis abogados dicen que tiene que ser así".