Son los amigos más fieles y los únicos capaces de sacarnos una sonrisa cuando no queremos saber del mundo. Cachupines o mininos se ganan nuestro corazón y nos hacen sufrir con su partida, igual como si un familiar agarrara escalera al cielo. Por eso María Eugenia Larraín, Kenita, está desconsolada con la muerte de ‘Tara’, su perrita pastor de Brie que falleció repentinamente.

"Es atroz porque la Tara era parte de mi familia. Dormía con ella, ocho años durmió conmigo. Para mí fue terrible la primera noche sin ella, no pude conciliar el sueño y lloré toda la noche (...) Fue algo súper repentino y falleció de insuficiencia renal", comenta entre lágrimas la modelo.

- ¿Pero venía presentando síntomas de algo o fue de la nadax?x

- Fue de la noche a la mañana. Se le hicieron todos los tratamientos y no reaccionó a ninguno hasta que sus riñones dejaron de funcionar y ahí se fue.

- Mucha gente la conoció y la quería por la pantalla, la Tara se ganó el cariño de muchos.

- Sé que tenía seguidores en el Facebook y la gente que vio "Pelotón", sobre todo, siempre la siguió y se transformó en un personaje. Era demasiado linda y adorable, uno le hablaba y parecía que entendía todo.

- Lo peor de cuando parten es que uno sufre igual como si muriera un familiar. 

- Era un perro extremadamente sensible y yo tenía una conexión con ella, era mi hija. El dolor es demasiado grande.

- Por lo mismo, ¿crees que podrás tener otra mascota o ya cierras el canil de frentónx?x

- No, primero tengo que vivir el duelo, y no podría cerrarme  a vivir una experiencia de amor tan linda como la que tuve con la Tara. Siento que los animales, y los perros en especial, son seres mágicos que te envía Dios a tu vida y cumplen ciclos contigo donde te acompañan. Te entregan amor y, al contrario, sé que la voy a amar por siempre. Le agradezco todo el amor que me dio mientras estuvo conmigo, para mí fue un angelito que llegó en un momento súper doloroso de mi vida.

-¿Cómo llegó a ladrar a tu vidax?x

-Me la compré después de que me separé, en el momento de mi divorcio, cuando me sentía triste y muy sola. Y llegó a mi vida, fue una compañía constante y una entrega de amor, incondicionalidad que le voy a agradecer siempre. Sé que ahora es un angelito y que  está en el cielo, es un regalo  que haya llegado a mi vida y me acompañara todos estos años.