La historia del "Ratoncito" bendito de "31 Minutos"

Hace dos años Rodrigo Salinas era un guatón al que las minas no se le acercaban ni pa’ pedirle la mostaza, y ahora es un reconocido y validado gordo al que le llueven los piropos femeninos. ¿Qué pasó en el camino?
Antes de alcanzar la gloria y ser coronado como el flamante soberano guachaca del 2012, el comediante bailó durante largo rato con la fea.
En sincera cháchara con ESP, “Ratoncito” confesó que toda su ligazón con la comedia tiene que ver con sus primeros años de “gente grande”, cuando tuvo la suerte de trabajar con los maestros de la productora “Aplaplac” en el ex programa de TVN, “31 minutos”, donde aprendió buena parte del oficio de hacer reír con puras cosas sencillas. “Fue mi gran escuela”, confesó.
Claro que las sonrisas no le duraron mucho tiempo, ya que tras su valiosa incursión en el cocido infantil, el cabro tuvo la genial idea de entrar al mundo de la publicidad, donde le fue tan re mal que tuvo que dar un paso al costado para no seguir metiendo las gambas.
La luz sólo volvió cuando Sergio Freire le echó el ojo y se lo llevó al “Club de la Comedia”, de Chilevisión, donde primero trabajó como libretista y ahora pasó a ser uno de los más importantes del elenco del programa.
- Cómo te ha cambiado la vida, cabrito...
- La dura. Estuve trabajando en publicidad y me fue como el forro, hice quebrar a tres marcas. Después conocí a Sergio Freire y me llevó al Club. Ahí me enseñó a actuar pensando en el estilo del programa, lo único que me dijo fue ‘pásala bien, guatón’. Al poco tiempo se creó el personaje del ratoncito.
- Y también participaste de los monólogos...
- Pero me sacaron porque no cumplía con el modelo de monólogo, creo que soy un incomprendido.
- ¿Cómo ha sido la vida de Rey Guachaca?
- Muy entretenida, aunque de la premiación no me acuerdo mucho. Les di lo que me pidieron, cuando me premiaron estaba absolutamente borracho.
- ¿Te sientes un verdadero guachaca?
- En mi casa no, porque ando con ropa jajajá. Es sólo un personaje, es una mezcla del guatón filipino, Canitrot, el payaso Barbita y un poco de mí. Si yo pudiera ser así, lo haría, pero la sociedad lo impide, nos pone límites y estructuras, porque si estuvieras todo el día tomando y hueviando el sistema se derrumbaría.
- ¿Mucha acidez después de tanto ponerle?
- En general soy guata de comando, pero sentía que dentro de mí tenía un enano que quería salir, creo que se llama reflujo, algo me quemaba por dentro.
- ¿Y salió el enano?
- No por donde quería, pero al final se fue.
- Cuesta ser guachaca parece...
- Se transformó en un trabajo estar curao y por ley ahora debo estar curao, está dentro del reglamento, aunque descubrí una falla en el sistema guachaca.
- ¿Cuál sería?
- El chancho y el pipeño son primos hermanos, el problema es que al pipeño le echan helado de piña y como todos sabemos es el enemigo número uno del chancho, los dos juntos son una bomba.
- Atente a las consecuencias dicen por ahí...
- Los primeros días sentí unos pencazos en la guata terribles y todo por el helado de piña. Por eso creo que los guachacas son científicos al mezclar tanta cosa.
- ¿Cómo definirías a un verdadero guachaca?
- Ser guachacha es ser libre. Hay tres conceptos básicos: ser republicano, humilde y cariñoso. Esto último lo he tomado al pie de la letra. He besado a mujeres que sólo Dios sabe que existen, en la fiesta de coronación no distinguí nada, ni sexo, ni credo o si eran cuicos o no. Bueno, no creo que hayan ido a la fiesta los cuicos, porque para ellos existe el rodeo.
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