Espectacular

La increíble historia del ''N.N.'' que roncará en la Quinta Vergara

Llega a la Posta Central al mediodía y, salvo por su barba frondosa y su camisa caribeña, León Murillo (45) pasa colado como un paciente más. Y esa fue su misión durante todo un invierno, hace ya más de 20 años: asimilarse a un enfermo o al familiar de alguno, ya que esa era la única forma que tenía pa' pillar cama y techo en sus años más duros en la capital.

Y aunque el hombrón se dedique al humor, esto no es un chiste. "Salí de Talca, mi ciudad, a probar suerte a Santiago. Estudié actuación y pensé que le iba a pegar el palo al gato, pero me cargó la hueá. Tuve que buscar otros caminos y no me fue nada de bien. Por eso tuve que pasar como tres meses durmiendo en la sala de espera de la Posta, porque no tenía otra opción", narra el socio, que le medirá el aceite al Monstruo de Viña el 25 de febrero.

"En ese entonces yo tenía 25 años, y tuve que aperrar nomás. Creo que esas mismas cosas te van curtiendo, te ponen cuero de chancho. Por suerte, hoy estoy súper parado en la vida", narra el rechoncho.

- Oiga, ¿cómo ningún amigo se iba a paletear con el sillón, más que sea?

- No se trata de eso. Muchos amigos me tendieron la mano en su momento. El tema es que a mí ya me daba vergüenza seguir incomodándolos, porque ya le debía a cada santo una vela. Por eso tomé la decisión de irme a la Posta.

- Después de tantos días, fijo que ya todos lo tenían cachado...

- ¡Claro! Yo igual trataba de hacerme el hueón. Fingía que estaba enfermo, o esperando a algún familiar o cualquier chiva barata para tener un techo. Claro que después ya era ridículo. En todo caso, nunca me miraron mal, porque no molestaba a nadie.

- ¿Se tiraba en alguna camilla, se tapaba con alguna mantita?

- Nada. Dormía sentado y me tapaba con una chaqueta. Esa era la forma de descansar, si es que se le puede llamar descanso a estar durmiendo profundamente y que, de repente, a las 3 de la mañana, entrara un enfermo en camilla, abrieran las puertas y metieran boche.

- ¿Tenía pega en ese momento?

- Nada. A veces una que otra cosa, como “colero” en la Vega o vendiendo una que otra mugre por allí... Tampoco quería molestar a mis viejos en Talca, la situación de ellos no estaba buena y yo me las rasqué solo nomás.

- ¿Cómo mira esa difícil época ahora, con 20 peritas más en el carné?

- Ahora lo veo como una anécdota. Supe sacar la chispeza del chileno, como diría el “Pitbull”, y arreglármelas en un momento adverso. Yo no voy a llorar por eso, para nada. Es algo que me da morbo, pero que es parte de mi vida y no lo niego.

- ¿Lo volvería a hacer?

- No lo descarto. En este país lo peor que te puede pasar es ser de la clase media. Te apuesto que a muchos más les ha pasado lo mismo, eso lo firmo.

Actor corneta

Tal vez a Murillo usted lo ubique de vista, a la pasada, en algún papel pequeño en una serie perdida, porque aunque no ha sido de los más exitosos, León es actor.

En "Don Floro", "Cartas de Mujer", "Infieles" y en otra decena de series, el grueso ha hecho de las suyas, aunque cree que su paso por ese ámbito ha sido bastante poblete.

"La verdad es que nadie me ha llamado nunca para darme una pega como actor, yo creo que me deben encontrar malo. Las únicas posibilidades que tengo para hacerlo es en las cosas que yo mismo escribo. Ahí me acomodo algún personaje que pueda apegarse a mí", descasetea.

- ¿Por qué será? Igual es como un chileno típico...

- Quizá por lo mismo. Soy feo, pelao y guatón, como muchos chilenos. Pero en la tele está lleno de chilenos que no representan a ningún chileno: altos, rubios, con calugas...

Chileno conchetu...

“No sé si será bueno o será malo, pero soy mucho menos conocido que el Argentino Cul...”, parte analizando León su presencia en la Quinta Vergara, escenario al que llega prácticamente como un “Don Nadie”, situación muy similar a la que vivió su yunta Jorge Alís.

- ¿Qué le ha dicho Alís sobre Viña?

- ¡Ufff! Harto. Para mí, Viña será la primera vez que esté frente a un público tan grande. Sé que me van a comparar con Jorge por ser su amigo, pero él es el Argentino cul... y yo el Chileno conchet...

- Cuando subió a la Quinta, lo primero que exclamó la gente sobre Alís fue: “¿y de dónde sacaron a este argentino cul...?”. ¿Qué cree que dirán de usted?

- Estoy seguro de que lo primero que dirá la gente cuando me vea será: ‘¡y de dónde sacaron a este guatón conchetum...!”, ¡jajajá! ¡Es que es lo lógico! Nadie me conoce.

Es más, mientras mira a su alrededor en la Posta,  su frase se reafirma y cobra sentido, pues nadie le pide un saludo y menos un autógrafo. De fotos, ni hablar.

- Para bien o para mal, si venimos para acá después del Festival, piola no va a pasar, máster...

- Lo sé... Con Alís viví todo ese proceso y sé cómo es. Va a ser fuerte, pero es algo que hay que irlo asumiendo desde ya.

-¿A qué le teme?

- Al “si condicional”, que es tan nuestro. Y si pasa esto, y si pasa esto otro... Al final, uno anda pensando en puras hueás. Yo trato de mantenerme concentrado en hacer una buena rutina, aunque no puedo negar que ando medio asustado, porque el desafío es fuerte.

“Es un honor que me telonee Vicentico”

Hasta donde se cacha, a León Murillo le tocó una ubicación complicada el día de su actuación en el Festival, pues iría a la colita del astro Vicentico (igual estarán Pedro Aznar y Cultura Profética esa noche).

De todas formas, él está tranquilo y hasta disfruta con la noche en la que le tocó caer. “Me encanta Vicentico y es un honor que sea mi telonero, jajajá”, se lo toma con yupi el hombre que debutará en la Quinta. Y es más: “Lo invitaré a mirar mi rutina, para que se relaje”.

León está pochito. “Me parece que es una noche favorable, en la que no debería tener mayores problemas con el público. Todo va a depender de mí nomás”, analiza el gordinflón.

Su perrito es su filtro

“Mi rutina la tengo prácticamente lista. Todo lo que es el cuerpo base está armado. Ya llevo diez años en esto y sé lo que puede dar y lo que no. El resto, dependerá de la contingencia”, adelanta para La Cuarta el gordo Murillo.

- ¿Con quién prueba los chistes, profe?

- Con mi perro “Peyo”. Si ladra, voy bien. Si no, lo cambio.

- ¿Qué le dijo su pierna cuando le dijo “sí” a Viña?

- Me dijo “¡por la conchetum..., yo sabía que este día iba a llegar!”. Pero me apoya a full.

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