¿Se imagina a José María Navasal comentando sobre el show del Festival? Seguramente aportaría el dato sobre el origen del blin blin de Don Omar: Diamantes encontrados en los riachuelos de Sierra Leona por trabajadores mende, esclavizados por los soldados temne del RUF y traspasados de contrabando a Liberia para que terminen en el mercado europeo. Julito Martínez resaltaría la oportunidad en que el jugador liberiano George Weah se presentó a candidato a la presidencia, pero perdió.

Por eso, las joyas sangrientas que saltan al son del perreo de Don Omar hacen cada vez más necesario refrendar el Tribunal Penal Internacional, afirmaría el comentarista internacional Raúl Sohr. José María Navasal, el hombre de la pipa que comentaba las miserias del resto del mundo en los '80, mientras en Chilito había barricadas y operativos peinetas en las poblaciones, habría preferido tragarse la pipa antes que hablar sobre el reggaetonero boricua. Pero el cambiazo de los tiempos es imparable.

Por eso, llega a ser un gusto escuchar a Aldo Schiappacasse, en Cooperativa, hacer la previa del Festival y aportar que la esposa sueca de Paul Anka, por ejemplo, furiosa, le partió el coco con un trozo de hielo. ¡Ídolo, jefe Gorgory! Y lo digo con respeto y admiración, es un maestro.

Otro tanto pasa en TVN con Antonio Neme, quien pasó de analizar los últimos alardes de Irán y su programa nuclear, a disertar sobre el mismísimo Don Omar. Lo complicado sería al revés: Que Karol Dance fuera contratado por CNN para analizar el gabinete de don Tatán y dijera: "Es un lote de loquillos". Capaz que le pegue al cocido el pokemón.