Hace cerca de un año que Nataly Masinari dejó nuestras tierras y atrás los cahuines en que se había metido, como los chasconeos con Anita Alvarado o que se había pegado un touch and go con el "Jose" Viñuela. Todo por ir a probar suerte a tierras guaraníes.

Por allato estuvo en la versión exportada de "Calle 7", en la que encontró el amor en las manos de pulpo de su compañerito Stefano Ciaverino.

El flechazo le hizo click a la ricura, por lo que quiso cambiar un poco el rumbo y pensando que en el sur se pasa mejor, pescó bolsos, petacas y novio para retornar a esta faja de tierra, pero con una idea en la cabeza: carnecita cruda... ¡de pescado eso sí, pueh! La che montó su propio restaurante de sushi con su pololi, no me vaya a pensar mal.

- ¿Qué le pasó mijita, se aburrió de la paraguaya?

- Jajajá, no, no es eso, es que terminó el programa por esta temporada, y como aquí ya me habían recibido tan bien, decidí volver a probar suerte.

- ¿Pero no le da cosa estar ahí todo el día con carne cruda en la mano?

- ¡Para nada! Además a la gente le gusta mucho, y uno con gusto trabaja de esa forma. El sushi cada vez tiene más personas fanáticas, por lo que es un buen negocio.

- ¿Y van más mujeres o compipas a comer?

- De todo, entre parejas o grupos, pero la mayoría de las veces cuando son grupos grandes son de mujeres.

- ¿Y son golosas?

- Mmmm, jajajá, se cuidan al principio, pero después se ponen a comer distintas cosas, o por ejemplo algunas no ordenan mucho la primera vez, pero después vuelven y cada vez piden más.

- ¿Y cuál es el secreto pa’ que quede así de rica?

- Tratar la carne con cariño y pensar que uno le está haciendo bien a la persona que se lo va a comer.

- ¿Cómo se llama el local?

- Ariaka Sushi.