Su caracho rara vez lo delata, porque casi siempre anda de lo más contento por la vida y echando la talla. Enzo Corsi es así, alegre, pintamonos y dicharachero, a veces puede llegar a caer mal, pero a él poco le importa. Sin embargo, hay una espina atravesada en su cuerpo que no lo deja vivir en paz y que lo tiene metido en un foso del que se le está complicando escapar...

El año pasado, el humorista sonó como uno de los que estaba listoco pa’ subirse este verano a darle cara al Monstruo, y esa noticia iluminó la vida del hombrón de 44 otoños.

"Para mí era algo fantástico, ¿quién no va a querer estar en el Festival?", larga Corsi, desde la maldita distancia y, a esta altura, ya sin pan ni trozo.

La historia que él cuenta, en todo caso, es para apuñalarse. "Me contactaron para estar en 'El Elegido', el programa del que iba a salir el último humorista de Viña. Aunque no me gustan los concursos, acepté. Me puse a trabajar, a ver rutinas, estudiar libretos y esperé que me llamaran a grabar, cosa que jamás pasó. Hasta que un día, y por terceros, me enteré que ya habían grabado todo y yo ni fui citado", parte su triste relato el chistólogo.

"Obviamente sentí rabia. ¡Yo dejé de trabajar en otros lados para estar en 'El Elegido'! Me dio lata lo que me hicieron. Fui a preguntar a la producción y me dicen que se vienen sorpresas mejores para mí. En eso, sale en los medios que estoy confirmado para el Festival. ¡Imagínate mi felicidad! Pero finalmente alguien me bajó... no sé quién, pero eso me dejó muy mal, me hicieron un daño innecesario", se queja el Enzo.

Tanta frustración se convirtió en un intenso dolor en la vida del comediante, rabia que intenta sacar con su nuevo show, que lo tiene muy motivado, pero también ha buscado caminos más duros para salir de la tristeza.

"Estoy perdido... Me cuesta, me duele confesarlo, me avergüenza, pero toda la pena que me produjo quedarme abajo de Viña, pero por sobre cualquier otra cosa, todas las mentiras que me pintaron, todo esto me ha llevado a estar metido en la droga: no puedo parar de consumir cocaína... es lo único que me ayuda a sentirme mejor, arriba, con más ánimo... ¡Sé que no es correcto! ¡Me escondo para poder consumir! Le hago de día, pa' poder despertarme y después en la noche, para seguir activo... De verdad que me avergüenzo, pero necesito decirlo, empezar a salir de esto", clama desesperado.

- ¿Cuánto tiempo llevas consumiendo cocaína?

- Hace un par de semanas. Cuando estaba en el Festival empecé a sentir esta angustia, alguien me ofreció, fui débil, porque acepté... Lo malo fue que me gustó y ahora no sé cómo salir de esto...

- ¿Es una droga nueva en tu vida, Enzo?

- Sí. Te puedo dar fe de ello. De hecho, poco antes de empezar a consumir, yo me hice un examen porque me iba a operar. Mi sangre estaba limpia.

- Si sabes que estás actuando mal, ¿por qué no te sales del vicio?

- ¡Cuánto me gustaría poder hacerlo! Por mí, por mi familia... pero me siento tan agotado, cansado, y esto me ayuda a activarme. Lo único que deseo es que no se me vaya de las manos.

- ¿Te gustaría buscar ayuda? A lo mejor pegarle un llamadito al “ex Huevo” Fuenzalida...

- Créeme que lo he pensado. Yo recuerdo cómo era la vida de él antes y no quiero verme así. Pero si esta adicción se hace incontrolable y llego a internarme en algún lado, lo haré piolita. No voy a rechazar la ayuda de nadie, porque de verdad que me siento muy perdido...

Más allá de la decepción por la manera en que siente que lo bajaron del pasado Festival de Viña, Corsi sigue adelante con sus rutinas, y saca pecho, pues cree que su humor es imbatible.

"Tengo una carrera de 25 años y te juro que jamás me han pifiado en vivo, ¡nunca! Los programas de farándula y algunos opinólogos me han hecho pebre, y todo solamente por un episodio, uno solo... ¡Más encima salí libre de polvo y paja! Me dieron duro y quisieron enterrarme, pero siempre me las arreglo para estar vigente", pega.

Y justamente de eso habla en "Lo que se perdió Viña", su nuevo espectáculo, donde termina desnudo, tal y como el Pulento lo tiró al planeta.

- ¿Cuál era la necesidad de mostrarlo todo?

- Es un acto de rebeldía, para demostrar que yo también puedo hablar, que me cansé de que me destrocen sin motivos. ¿Por qué tengo que soportar que Jennifer Warner haga el aseo conmigo, como si fuese un estropajo? Ella llega y habla, pero si le dicen “cara de yegüa”, se espanta altiro. O ese otro “Guagüito”, que habla de mí y jamás ha visto uno de mis shows, pa’ mí que con cuea lo dejan salir de noche. ¡Córtenla!

- Ya, ¡pero el desnudo, poh¡ ¿Cómo se justifica?

- Algo de eso, pues. Demostrar que yo no tengo nada que esconder. Que yo voy de frente, que no les temo a los opinólogos asesinos, que matan sin piedad a la gente. ¡Me cansé!

Se depila solito y siempre está listoco

Pa’l común de los mortales, andar mostrándose en cueros no es lo más normal del planeta, pero a Enzo Corsi poco le interesa el qué dirán... bien poco.

"Las mujeres como que me miran en la calle, me andan tasando, jajajá", se quiebra el humorista por las fotos que ayer se filtraron en las redes sociales. Él, sin pescar, se declara muy orgulloso de su físico. "Estoy súper bien pa' mis 44 años, ¿o no?", saca pecho el flaco, que tiene su zona baja como Ken. "Me depilo solito, agarro la máquina y le doy nomás. Lo malo es que me crece muy rápido la lesera y tengo que hacerlo cada tres días", grafica.

En las fotitos que se sacó pa' explicar lo que hace en su obra, sorprenden dos cosas: en todas aparece con su herramienta listoca pa' la acción y usando calcetines... ¡la cosa pa' rara! "Es que me había pegado en un dedo y lo tenía negro... eso era más rasca que salir con calcetines", explicó.