Enzo Vásquez (acordeón) siempre supo que su vida estaría dedicada a la música. De pichicho la practicó y de cabro ya era tan capo, que el mismo inspector de su liceo, el B2 de Coyhaique, le pidió permiso a sus padres para que comenzara a tocar formalmente en fiestas.

Tan bien le fue al polar, que poco tiempo después él mismo le propuso a su hermano Ítalo (guitarra), que juntos formaran una banda para participar en los diversos festivales musicales que se organizan en el sur. Fue la primera vez que lo convenció.

El cuento duró hasta que los cabros tuvieron que pasar a la educación superior. Mientras Enzo optó por seguir sus instintos y estudiar música en la Católica de Chago, Ítalo quiso asegurar el chancho siguiendo los pasos de su padre (técnico aeronáutico), y estudió para Controlador Aéreo.

Desde ahí, todos los veranos los hermanos se volvieron a reunir para engordar el porcino a punta de festivales. Enzo se convirtió en un experto en artes musicales (ganó el Luis Advis 2006 en música docta), e Ítalo comenzó a trabajar en el aeropuerto de Punta Arenas, y luego en el de Pudahuel, en Chago. Más allá de la temporada estival, sus vidas se habían dividido totalmente.

Fue ahí cuando Enzo convenció por segunda vez a Ítalo. Esta vez para que el hombre dejara su pega en la capi, para ir a la siga del sueño que ambos cultivaron desde niños.

"Yo lo fui a buscar a Santiago", confirma Enzo. "No pensamos en dedicarnos a la música hasta que vimos que la cosa estaba funcionando. Recién ahí  Ítalo dejó su pega y yo dejé mis otros proyectos".

-¿Y hace cuánto dieron esa vuelta de tuerca?

-Hace cuatro años. Yo estaba trabajando ya (dice Ítalo)... bajaba los aviones este hueón (agrega Enzo)… Primero trabajé en Punta Arenas y después en Pudahuel (insiste Ítalo)… De hecho, estuvo un año trabajando y haciendo Los Vásquez (lo remata Enzo).

Es que el 2010 los cabros  grabaron casi artesanalmente su primer cidí, "Contigo Pop y Cebolla", y recién el 2011 Ítalo renunció formalmente a su pega... y a su vida aérea.

"En la primera gira que nos pegamos, yo todavía era controlador de tránsito aéreo y me movía con mis colegas para cambiar los turnos y dejarme el verano libre a punta de horas extras. Sólo después de esa gira dejé el trabajo", detalla el flaco de los punteos.

- ¿De dónde viene su fusión musical?

-Obedece a que cuando éramos más pendejos, pa’ hacernos nuestras lucas, nos dedicábamos a hacer fiestas de todo tipo. Dieciochos  de septiembre, días de campo, matrimonios, la hueá que hubiera, nosotros estábamos ahí tocando, no como Los Vásquez, sino como parte de un conjunto de amigos que hasta el día de hoy tocan con nosotros. Y bueno, para hacer una fiesta tení que cachar de muchos estilos, todo lo que está pegando y lo que pegó, entonces esa experiencia musical que tuvimos nos fue nutriendo. Cuando quisimos hacer nuestro proyecto, vertimos ahí toda la candela y por eso empezaron a salir algunas canciones en cumbia, otras en reggaeton, otras en balada, y otras en bachata; porque nos dejamos fluir y eso creemos que es el pop cebolla, la mezcla de caleta de estilos con letras que hablan del desamor, hermano. Si algún día queremos hacer rock, va a ser rock cebolla la hueá.

- Lograron convertirse en número uno sin necesidad de cantar en la tele. De hecho, no la pescan ni en bajada... ¿por qué?

- Esta forma de manejarnos se ha dado de manera natural gracias a nuestro mánager (Santiago de la Cruz), que se maneja de una manera bien atípica. De hecho, nosotros lo llamamos el “anti mánager”. Nos consideramos personajes radiales, porque nos hemos concentrado en las radios y las redes sociales, y hemos preferido mantenernos alejados de la televisión. De hecho, partimos mostrando nuestras canciones a través de las redes  y en Facebook ya tenemos más de 620 mil fans. Estamos agradecidos por eso, porque el contacto es más cercano. Nos escriben y hasta nos juntamos después de las tocatas. Es que hemos querido que nuestras canciones sean las conocidas. Que nuestra música sea la que la gente conozca y no nuestros rostros.

- También han sido pilar de causas ecológicas... ¿cómo recibieron el rechazo a HidroAysén?

- Somos de Coyhaique, Patagonia libre y sin represas, como decimos siempre en nuestros shows, y estuvimos muy felices con la noticia, pero no nos olvidamos que HidroAysén era sólo uno de los proyectos que atentaba en contra de la naturaleza de nuestro país, y que mientras no tengamos políticas ambientales sólidas que realmente protejan el bien común de todos, no vamos a estar completamente conformes… sentimos que se ganó una batalla, pero que la guerra continúa.

-  ¿Es efectivo que su reticencia a la tele surgió de la censura que sufrieron por el contenido de sus puestas en escena?

- No fue un motivo, porque nuestra línea siempre ha sido más bien desde la vereda de enfrente de la tele… Pasó que en una oportunidad nos invitaron, no es que nosotros hayamos querido ir, pero nos dijeron que no fuéramos con nuestras típicas poleras con mensajes ambientalistas, que no dijéramos nada y que no cantáramos la canción ‘Basta’. Fueron varios los programas que nos invitaron y  que nos pidieron eso. Les respondimos que no aceptábamos censuras, que muchas gracias, y eso reafirmó nuestra idea de que la televisión no va con nosotros y que la radio es nuestro fuerte.

- Sin embargo, sus temas han sido grito y plata en las telecebollas...

-Bueno, ahí hay una cosa bien extraña igual, porque a nosotros sí nos gusta que nuestros temas suenen en las teleseries, muchas personas las ven y lo que más nos gusta es que nos conozcan por nuestras canciones. No salen nuestras caras, no estamos presentes ahí, sólo nuestra música, parecido a lo que ocurre con la radio.

-¿Es verdad que todavía evitan los registros audiovisuales en sus tocatas?

-Sí, por el momento tenemos la política de no televisar nuestros shows, que todavía no se den a conocer a través de las pantallas. Es que tú tocas una vez y quedas para siempre ahí guardadito, por eso le hemos dicho que no a muchos festivales que nos han invitado. Nuestra política es proyectar una carrera larga, y la tele te sobreexpone, te vuelve popular en muy corto tiempo y así a lo mejor acortas tu carrera, eso al menos es lo que pensamos nosotros. Nuestra opción ha sido ir lento.

-¿Eso incluye al Festival de Viña? Lo pregunto porque los dos fenómenos musicales de los últimos años, ustedes y el grupo Chico Trujillo, le han hecho tapita a la Quinta Vergara…

-Efectivamente en Chico Trujillo se han manejado de esa manera, a nosotros nos gusta su estilo, pero no sabría decirte cuál será su motivo específico para no ir, y no me arriesgaría a darte una opinión al respecto. El motivo nuestro es no querer televisar nuestro show, no querer sobreexponernos al nivel de estos eventos televisados. Creemos que nos acortaría la carrera y preferimos ir lento por las piedras, como camino sureño. Agradecemos a la gente sí, que nos postea mucho que vayamos a Viña, eso responde a un cariño, pero no es que no queramos ir a Viña porque seamos levantados de raja, al final todo responde a una forma de querer encaminar una carrera.

-¿Y de mantener como una fama encubierta?

-Es que en verdad nos gusta que las canciones sean las conocidas. Siempre comentamos que nosotros andamos por la calle y nadie nos pesca, y eso es entretenido ¿cachái?

- Poco común para un número uno en cualquier parte del mundo…

-Claro, pero esa es la idea, pasar piola. Si al final hacer música es un trabajo como cualquier otro, ser estrella no responde a nuestra política.

- ¿Qué opinan sobre el pirateo de sus cidís?

- Que si la gente no tiene plata, pirateen por internet y compartan. A nosotros nos interesa más que la música se escuche. La gente más fanática que quiere tener el libro con las letras, puede comprar el disco, pero no estamos cerrados a que nos pirateen.

- ¿Cuál es su opinión sobre la ley del 20% de música chilena?

- Estamos de acuerdo, nos gustaría que fuera más  y que se diera de una manera más natural de parte de los medios. Es importante para que la identidad musical se vaya reflejando en las radios, rescatar la identidad nacional.