Gustavo "Love" Opazo conoció a Luli en La Cuarta. Fue hace tres añitos que un desconocido flaco dejó maravillada a Nicole Moreno con su pincel y sus polvitos, pero de maquillaje, en una sesión de fotos pop. Fue amor a la primera estucá.

La crespa lo contrató como su maquillador personal y recorrieron Chilito juntos. Ella cada día se veía más bella de caracho y él adoptó el apellido de su patrona, "Love". Pero esta historia de Disney estalló en mil pedazos, peor que la de Cami Recabarren con "Tatón", cuando la semana pasada apareció una imagen trasera de la Luli, con todos sus glúteos al aire.

La fotografía hot se la tomó su fiel paje en octubre del año pasado y por lo mismo fue acusado despiadadamente por la musa de ser el único culpable de filtrar la pose.

Gus no la podía creer y partió a hacer sus descargos a las pomadas de farándula. Lloró a moco tendido por el amor, a estas alturas perdido, de la potoncita. Y peor aún, el estilista cayó en tal drama que ayer contó que se lo pasaba güitreando, de puro achacado. "Todo lo que como lo vomito", confesó en "Secreto a Voces" (Mega), justo a la hora de almuerzo.

Entre medio del caos intestinal del pobre Lulo, la piluchona llamó para calmarle la tripa, ofreciéndole una conversación privada, aunque no sin antes pegarle una estocada...

Para darle más sabrosura al guión telesérico, Nicole picó la cebolla recordando que su chaperón prefirió embetunar la faz de Matilde Bonasera (abril), en vez de darle consuelo cuando se acababa de enterar que su ex Gonzalo Irarrázabal la había gorreado. Gustavito sólo agachó la cabeza y siguió sollozando.

- Disculpa amigo, pero se cacha que murió el gladiolo con la crespita.

- Ay, no sé qué pasó con ella, porque fuimos juntos al Copihue de Oro, lo pasamos súper bien. Después se supo lo de la foto y nunca más me habló. Quedé destrozado.

- ¿Estás sufriendo mucho, Gus?

- Sí, mucho, demasiado. Por algo conté que he vomitado todo estos días, y es de los puros nervios con esto.

- Vas a quedar transparente, guachito.

- Sí sé, pero es que de verdad que no retengo nada en la guata, yo la quiero mucho y todo esto es tan injusto.

- ¿Por qué te acusa?

- No sé poh, más encima yo se la tomé con su celular, ni siquiera con el mío, entonces no sé por qué me culpa. Me pidió que se la sacara para mandársela a su pololo, Gonzalo. A lo mejor piensa que yo me la envié en ese segundo, pero es imposible. Yo no hice nada.

- ¿Dónde le tiraste el flaschazo?

- Fue en octubre en un camarín, donde fue a hacer una sesión de fotos.

La tarde de ayer la enfurecida había mostrado intenciones de fumar la pipa de la paz con su confidente.

Con los que no tiene ni una gana de abuenarse es con el cocido “Intrusos”, al cual prometió hacerlo sonar con un querellón por difamar el monapio.