La candidata llegó con más ganas que cabra recién salida de reality a la siempre fresquita y conveniente Vega Central, para empezar su campañón hacia el cetro Guachaca.

Se nota que a la buenamoza y pasto seco Malú Mayol le gusta poco. Es por eso que de una nos fuimos a sapear lo que sería el puntete inicial de la laaaarga tarea que se le viene por delante, y también por la retaguardia, para hacer suyo uno de los tronos más codiciados por los siempre turgentes cacheturris de las minocas que adornan el Sistema Solar y sus alrededores.

Pero mejor vamos al potito de la alcachofa, miren que la loquilla de Intrusos no se demoró naíta en llamar la atención de los piedra de curanto que se ganan el caviar de cada día en la Vega.

Fue cosa que pusiera uno de sus perniles adobados en el Cuartel General de las frutas y verduras laicas, para que la barra con nariz empezara a preguntar de dónde había llegado esa linda coliflor.

Tantas fueron las pasiones que desató la mijita linda, que de un puesto de carnes la invitaron a que tocara la vuvuzela. Un lote que trabajadoras que la miraba no se aguantó las ganas y a coro le gritaron: "Te gusta tocar la c...".

De una se vino la respuesta de Malú: "Se nota que a ustedes también les gusta poco tocar la vuvuzela".

Entre carcajadas, las damas que a esa hora estaban preparando el papeo para los diente largo que llegan a manyar por allato, la invitaron a que se pelara una papita. Y qué le dijeron a la chquilla, en dos tiempos se puso el delantal y agarró quisca.

Un califa que hace rato le había echado el ojo invitó a la Malú a que se pelara un tomatito... ¡Y tate! La loquilla agarró el cuchillo, el de la propuesta indecente se incrustó a las espaldas de mi socia y empezó el ritual... Ni les cuento los filmes triple X que se pasaron los suertudos que presenciaron la escenita.

Malú le dijo al diario pop que "esto recién comienza y ya se vendrán más sorpresas. Es un sueño ser reina Guachaca y me la voy a jugar con todo lo que tengo".