Esto sí que es durar menos que un candy. A sólo horas de filmar el comercial oficial del programa "El baile: Estrellas sobre hielo", Martín Hereveri, el mentado recluta pascuense que ganó la segunda patita del reality "Pelotón" de TVN, fue descharchetado por querer pasarse de listo intentando renegociar sus honorarios como participante a última hora.

El "Moai", que ya se había envuelto en un lío de lucas tras haber prometido en el contexto de su encierro que, en caso de ganar, repartiría el botín de los 50 palitroques en juego con el resto de los finalistas del cocido, pero que a fin de cuentas se hizo el de las chacras, volvió a hacer de las suyas, pero esta vez con los perros grandes ahora con desigual resultado.

METE PATAS

Resulta que cuando el cabro ya tenía hasta los patines confeccionados a su medida, no se le ocurrió nada mejor que acudir a los caporales de la pomada durante la mañana del jueves recién pasado, con el objetivo de pedir el doble de las lucas acordadas, a pocas horas de comenzar con las primeras grabaciones del brillo en onda polar.

Según fuentes del "canal de todos", las palabras del "Moai" le sacaron los choros del canasto a los organizadores, quienes no sólo no le dieron la pasada, sino que además lo mandaron a freír monos al África.

P'ATRÁS

Cachando que había metido las gambas hasta el fondo, Martín trató de poner marcha atrás argumentando que todo se había tratado de una broma, provocando que los mandamases le abrieran de par en par las puertas ya que "a esta altura del partido no estamos para este tipo de tallitas".

En esa, el pascuense no tuvo remedio y abandonó la competencia antes de siquiera pisar el hielo o mandarse un par de piruetas frente a las cámaras.

REEMPLAZO

Con el cupo en la mano, la producción llamó de una al ex bailarín de Rojo, Pablo Vargas, quien aceptó todas las condiciones y llegó en horas de la tarde del mismo jueves para filmar el comercial, que fue realizado mitad en la pista de hielo del Circo Ruso y mitad en el estudio de TVN. El programa partirá a mediados de agosto.

Jorge Ruz Arias