Choreados y amenazando con mandar todo a la "xuxa" están los 250 integrantes del lote que acompaña a Madonna en su tour "Sticky and Sweet", y todo porque tuvieron que viajar a la ciudad franchute de Niza arriba de un avión que casi se caía a pedazos y, peor aún, tuvieron que alojarse en un hotel del aeropuerto que era bastante chanteli.

Así lo informó la edición online del diario británico "The Mirror", que también contó que la intérprete de "Into the groove" no escatimó en gastos para ella y su marido Guy Ritchie, y sus hijos Lourdes, Rocco y David, ya que volaron en un jet privado y alojaron en el Chateau Saint Jeannet, pirula construcción del siglo XI.

MAL

Luego de cachar las comodidades en que vive su jefa, el equipo de Madonna golpeó la mesa. "Todos están muy enfadados y algunos incluso quieren renunciar a la gira. Se sienten tratados como personas de segunda clase, a pesar del duro trabajo que hicieron en los últimos meses", dijo un sapiola al diario british.

Ojalá que estos atados entre la voz de "Don't tell me" y su gente tenga su parelé, porque si se mandan a cambiar, es de seguro que afectaría el resto de su gira, la que le lleva dos fechas confirmadas para Santiago de Chile.

Por otro cañita, en Río de Janeiro cerca de 300 almas pasaron la noche sin pegar un ojo a la espera de comprar un ticket para el show que la diva dará el 14 de diciembre por allato, y cuya venta partió ayer.

Alberto Brieba