La vida de Yerko Difonis, de 18 años, es una historia de lucha y su pasá de anoche por Talento Chileno cautivó al público y especialmente al jurado del cocido.

Lo que pasa es que Yerko es pianista discapacitado, ya que nació con una retinitis pigmentosa (sólo distingue la claridad y la oscuridad). También tiene un problema auditivo que no le permite escuchar bien. A los 4 años empezó a descubrir la música. Aprendió a tocar guitarra y piano de forma rápida. Pero cuando era pitufo, nunca pudo estudiar formalmente en esos años.

Más grandecito iba a un colegio regular, pero tuvieron que retirarlo por su discapacidad, ya que en el establecimiento educacional lo dejaban tocando el piano en una sala en vez de integrarlo.

En 2010 junto a sus padres Yerko decidió irse a Estados Unidos para buscar nuevos horizontes y oportunidades para él. Allá estudió normalmente y tomó clases formales de  piano. Se vinieron a Chile a fines del año pasado por problemas con su residencia.

Hoy Yerko vive en Valparaíso y  tiene la beca de amigos del Teatro Municipal y el apoyo del pianista y figura internacional, Roberto Bravo.

El tema que interpretó en su aparición por la pomada fue la canción Volando Alto, nada menos que de su propia autoría.

El temón dejó la patá a tal punto que Fran García Huidobro terminó llorando de pura emoción apelando a su papel de madre. El chiquillo recibió el visto de los tres jurados y pasó de ronda en el cocido.