Le gusta el lugar. Pese a que hace pocas semanas aprendió el difícil arte del surf mientras veraneaba en La Serena, la ex de Juan Falcón no se hace atados y observa desafiante la marejada, deseosa de enfrentar a las cuáticas olas del lugar.

Aunque confía en su tabla y en su breve expertise en el deporte, la musa del programa Calle 7 se toma todo el tiempo del mundo antes de entrar al mar y humedecer su increíble percha de 23 primaveras y medidas 90/61/90.

Se mentaliza sobre la arena. Descansa. Estira su metro 70 de altura cuan largo es y se mueve como gata, antes de ponerse las pilas y chantarse el suertudo traje de goma que le roza cada sector del cuerpo.

Una vez incorporada, se calza la mitad del atuendo y comienza un precalentamiento que hasta los peces procuran observar desde el anonimato acuoso.

Se esmera en estirar bien sus formados músculos para evitar sorpresas en el agua. Tiene claro que el mar es su amigo, pero que también le puede hacer la desconocida en cualquier momento.

Por lo mismo respeta el proceso y termina de cubrir su piel con extrema delicadeza, mientras su acalorado cuerpo le pide un cambio de temperatura.

De negro, las curvas de la minurri se acentúan y dejan de manifiesto que el Tatita Dios se descuadró cuando la mandó a modelar en su maquinita de la vida. Quién diría que hace unos meses figuró en los diarios por una acusación de supuesta violencia en su contra. Quién podría dañar a semejante ricura. En fin, a esta altura el pasado ya está bien pisado.

Toma su tabla y corre hacia el Pacífico, como buscando en la inmensidad del océano un lugar para liberar las pasiones y gritarle a todo el mundo que está soltera y en busca de un chileno que se atreva a cruzar el mundo por ella. ¿Algún voluntariox?x