Pocos minutos faltan para que empiece el show y los califas se frotan las manos. Mientras tiran la talla entre amigos y se sirven uno que otro traguito, le pegan una cuarteada como que no quiere la cosa a las lolas que se pasean ligeritas de ropa. Eso hasta que se apagan las luces y parte el show.

Así comienza una noche en Club Diosas, el reconocido boliche nocturno que por estos días le quita el frío a varios santiaguinos buenos pa'l leseo. De pasada, saca pecho tras ser elegido como uno de los centros nocturnos más cototos de todo el mundo.

La condecoración no es al azar. Según cuentan las ricuras que trabajan en el local, la clientela se va feliz porque ellas también gozan. "Es excitante, es una sensual tortura le digo yo. Es como el sueño de toda mujer. Porque una experimenta la sensualidad, el glamour, esa hembra que tenemos todas dentro", cuenta a LaCuarta.com la infartante Camila Bellota.

La cabra no sólo es buena por fuera y también le gusta dejar bien satisfecho a los machos que la observan con cara de gil. "Me gusta porque puedo mirarlos a los ojos, bailarles y dejarlos pasmados, cosa que en la vida real no puedes hacer. A mí me encanta", relata.

CALIFAS

Tras ver algunos de los bailes, previamente ensayados con una profesora experta en caño, intentamos parlar con algunos de los clientes, pero ninguno quiso dar el caracho, por lo que averiguamos por otro lado cuál era el prototipo de mujeres preferidas por los machotes que visitan el lugar.

"En gustos... no hay gustos para nada escrito. Hay que saber mantener y cautivar al cliente.  Tenemos un público habitual y otro que va rotando. Hay que estar preparando para intentar sorprender a todos los que vengan", detalló Felipe Barriga, sensei del local.