Cada vez que veo una película de Woody Allen, me da la impresión de que juega a ser Dios. De alguna forma todos los directores lo hacen, pero el engafado quiere que se note.

Como siempre en sus producciones, en Si la Cosa Funciona envuelve de una manera única el drama con comedia. Así uno termina riéndose de las desventuras de los personajes, del cómo tratan de llevar adelante sus vidas.

Todo eso pasa en 98 minutos, en donde lo menos que va a lograr el filme es que se sonría; lo más, que se mate de la risa de una forma finamente sádica mientras un malhumorado viejo le cuenta en primera persona cómo una joven lo cambia para bien, para mal y para bien la vida.