El desfile en Costa Varúa la madrugada del domingo tenía varias aristas para confundir incluso al flechudo Cupido: El animador sería Edgar Bianchi, quien presentaría a su ex Francoise Perrot y también andaba por ahí Edmundo Varas.

La expectación al principio giraba en torno a que Bianchi y Perrot habían sido vinculados sentimentalmente en los últimos días, especialmente luego de la crisis amorosa de la chiquilla con el ganador de "Amor Ciego".

Pero ese blablá pasó a segundo plano cuando en el camarín apareció el mediometro sexual. Las preguntas que se escuchaban una y otra vez eran: ¿Pero no habían terminado?, ¿ella no lo había ca...?

SEGURO

Edmundo ante las consultas de un posible conflicto con Bianchi por todos los blablá que se oyeron, declaró: "Sólo quiero estar tranquilo" para después rematar, "no quiero volver a exponer la relación". ¡Ah, ya, bueno!

Ahora, para el que dude de su amor a la rubia, el ex "1810" agregó: "Hace bastante tiempo venimos conversando -con Francoise- y aunque digan que llevamos dos meses juntos, definitivamente son seis meses de un amor muy intenso. Vine porque quise, y no cobré nada".

Y hubo más de esa poesía romanticona a la que nos tiene acostumbrados el chicuelo: "Durante mucho tiempo muchas cosas han pasado, lo que puedo decir es que estoy absolutamente enamorado de ella…"

Ella, en tanto, sonreía y se mostraba muy amorosa y cocoroca con su otra vez pololo oficial: "Estoy tranquila y súper enamorada".

TOMA

Pero Edmundo no se quedó sólo en las palabras llenas de azúcar. Como el petiso es mechita corta aprovechó de mandarle un mensaje a su rival, Sebastián Cárter, asegurando que el cabro de "Intrusos" pasa equivocado, tanto que llega a ser mala leche: "Lo más bonito hoy en día es que las cosas están más tranquilas. Y lo demás, creo que la gente que tiene esa cizaña, esa envidia de ver a las personas felices, es fome", filosofó el también pelotero.

CHIFLADERA

El desfile comenzó pasadas las 2 de la mañana. Bianchi hizo alusiones a su época en "Mekano" y juró "sorpresas". Antes de que saliera Perrot, dijo: "Se viene una amiga".

Como la chifladera y las malas palabrotas se fueron con todo, el morocho tuvo que ponerle más pino para prender a la gallada. Fue ahí cuando Edmundo salió a la pasarela con un ramo de flores para declararle amor eterno a la caura y mandarle un feroz beso para decir: Esta cabra es mía.

Muchos aplaudieron la escena, otros pifiaron y también algunos le gritaban a Edmundo que no fuera gil.

Andro Vuskovic