No ha sido una tarea fácil para Álex Hernández. El otrora director de "Mekano", la pomada juvenil de MEGA que luego de años de pruebas consiguió el éxito, se las ha tenido que ingeniar para repetir la historia, esta vez con "Yingo".

Tras un criticado comienzo, que incluso implicó un noble concurso por becas que duró menos que un candy, el programa fue agarrando camino hacia la patentada fórmula de bailes, curvas y discusión que siempre le ha terminado funcionando al realizador criollo.

¿La diferencia de esta ocasión? La barra tevita. Y es que si algo ha cambiado en nuestro país desde inicios del dos mil a la fecha, son los intereses de los broca cochis, muchos de los cuales ya están más familiarizados con la internet que con la televisión.

Lo anterior es el principal desafío de "Yingo": Cautivar a generaciones muchísimo más exigentes que las de antaño. Cambiantes y ávidas por diferenciarse en nuestro estandarizado planeta.

Tal vez por eso el cocido de ChileVisión ha optado por incluir a las nuevas tendencias en sus contenidos, pero sin perder a los huérfanos "K" que crecieron con los bailes de Ronny Dance.

Sin duda que la mezcla generacional craneada por Hernández seguirá rindiendo frutos por un tiempo. Al menos mientras puedan convivir populáis y modeláis, o más fácil, los representantes de dos generaciones que no se tragan. Una que ve "Yingo" como alternativa al PC, y otra que lo sigue de pura nostalgia.

Por Jorge Ramiro Ruz