Álvaro Espinoza: "Benjamín aún no muestra su peor cara"

En el capítulo del pasado miércoles de "Pacto de Sangre", Benjamín Vial (Álvaro Espinoza) impresionó a los televidentes por la sangre fría que mostró al momento de quitarle la vida a Karina (Antonia Giesen), la joven que investigaba por su cuenta la desaparición de su amiga Daniela (Antonia Bosman).

Tras este asesinato, la teleserie dio inicio a su segundo acto y el director de "Pacto de Sangre", Cristián Mason, anticipó lo que se viene para el cirujano plástico: "En esta segunda etapa, Benjamín se desata. Comenzamos a ver que cualquier cosa que obstaculice su camino, él es capaz de eliminarlo".

Los seguidores de la teleserie se preguntan si el asesinato de Karina será el punto de no retorno para el médico y qué otras cosas será capaz de hacer por mantener su imagen de hombre intachable.

Álvaro Espinoza, encargado de darle vida al frío, desalmado y ultra religioso Dr. Vial, aseguró a La Cuarta que "en esta teleserie, todos los personajes viven situaciones que los ponen al límite y aunque parezca inverosímil, a medida que avanza todo empeora, continúan sucediendo cosas cada vez más terribles".

- ¿Tendrá Benjamín la oportunidad de redimirse?, porque hasta el momento ha sido el que ha mostrado su peor cara...

A eso voy, eso es lo que me refiero: Benjamín aún no ha mostrado su peor cara...

- ¡Aún no!

La teleserie realmente empeora. Los guionistas no sé qué se tomaron o en qué estado emocional estarán, pero la teleserie empeora y es por lejos peor de lo que hemos visto hasta ahora...

- ¿Qué tanto es lo que empeora?

Falta mucho por ver en ese sentido, hay harto paño que cortar con los personajes y se va a poner cada vez más terrible y creo que es difícil que la gente se vaya a desenganchar...

- A propósito, la teleserie no tiene alto rating, pero en redes sociales es un fenómeno, ¿qué opinas sobre esto?

A estas alturas, en este momento, creo que el rating no tiene mucho que decir.

- ¿Cómo?

He estado en teleseries súper exitosas y siempre se genera un revuelo, la gente comenta y todo, pero con "Pacto de Sangre" el telespectador no sólo se acerca para decir que le gusta o que la sigue o que es bueno o que es malo, sino que se siente obligada a desarrollar teorías respecto a lo que va a pasar. Están súper metidos con el tema y eso para nosotros es súper satisfactorio.

- ¿Cómo fue para ti hacer la escena de la muerte de Karina?

En el momento de leer la escena, me pasa lo mismo que a la gente cuando las ve: me da pena, me asquea un poco... la única diferencia es que tengo que enfrentarme a esos sentimientos desde otro lugar y no es fácil, porque es estar días y días juntando odio y terror, y eso es súper agotador.

- ¿Y durante la grabación?

En mi caso hacer un personaje exento de emociones, en una situación así, era bien complejo porque la entrega de la Antonia (Giesen) fue total. Se pegó una escena magistral y el esfuerzo máximo como actor era no entrar en ese túnel emocional con ella y mantener el rol del psicópata, pero se facilita mucho el trabajo porque el elenco es tremendo, entonces las cosas realmente suceden.

- ¿Qué rol crees que juega el guión en el fenómeno de "Pacto de Sangre"?

En términos de contenido, creo que nosotros bajo ninguna circunstancia estamos inventando la rueda, pero lo que tiene este guión es un largo trabajo detrás antes de empezar, trabajo de años en el desarrollo. Lo que sí inaugura es una nueva manera de contar, un nuevo ritmo dramático.

- ¿En qué sentido?

Cuando empezó "Pacto", que fue un lunes, la gente pensaba que esto terminaba el otro lunes... cuando leí los cinco primeros capítulos, hablaba con los productores, con el director y les decía, 'en mi experiencia, hace diez años, con estos cinco primeros capítulos hacíamos noventa'... o sea, la acción va demasiado rápido, la línea narrativa no para, no se detiene, y todas las escenas importan. Nunca había estado en una teleserie donde no se eliminaran escenas y que los libretos salieran completos al aire... pero creo que la relevancia que quizás tenga en el tiempo es porque dio un vuelco en la velocidad, en la vertiginosidad del relato y eso es lo que la gente más agradece.