El cambiante mundo de Sinead O'Connor

A sus 51 años la cantante británica sigue en la búsqueda del punto de equilibrio para una vida cargada de polémicas. En el islamismo espera darle ese necesario nuevo cause a su discurso.

La vida de Sinead O'Connor es un interminable tránsito entre la rebeldía, producto de los abusos de infancia que la marcaron; algunos momentos de sensibilidad, en los que supo dar su brazo a torcer ante polémicas con la iglesia católica, y la bipolaridad, trastorno que la ha llevado del cielo al infierno entre sus seguidores y los que la encuentran simpática.

Pero hoy, la cantante irlandesa de 51 años tiene al mundo comentando y opinando respecto de su inesperada conversión al islam.

Cambio de piel

Aunque recién esta semana se destapó en los medios de comunicación, lo cierto es que la transformación de Sinead se comenzó a gestar a mediados de este año, cuando decidió darle un nuevo sentido a su vida a partir de otra piel, la de Shudada Davitt, el nombre con el que creó una cuenta de Twitter, donde empezó a germinar esta nueva pasión por el islamismo.

Fue el 9 de junio la fecha escogida por la artista para decirle al mundo que estaba en presencia de una nueva mujer. Una que renunciaba al catolicismo, que dejaba en el olvido su polémica ordenación en una iglesia ortodoxa irlandesa a fines de los 90, en la que ejerció el sacerdocio como Madre Bernadette Mary, para convertirse en Shudada.

A partir de ahí estaba claro el camino para O'Connor, quien en el primer corte de su nuevo disco ("Misiones", que se lanzará en 2019) se dio a conocer como Magda Arjuna Davitt, el nombre artístico con el que espera ser conocida, y cómo no, reconocida por el mundo musical.

Una vida en desconcierto

"Esto es para anunciar que estoy orgullosa de convertirme en musulmana. Ésta es la conclusión natural de cualquier viaje teológico inteligente", fueron las primeras palabras que lanzó una vez que fue recibida por el Dr. Shaykh Umar Al-Qadri, en el Centro Islámico de Irlanda, templo que la vio convertirse en esta nueva persona.

Atrás -espera Sinead- quedaba una vida enmarcada reflejada en polémicos titulares. Esos donde se contaban una extraña desaparición el 2016 en Estados Unidos, con una carta suicida de por medio, en un video publicado en su cuenta de Facebook.

O un matrimonio de 16 días con Barry Herridge, un terapeuta con quien formalizó su unión legal en Las Vegas. Unión que fue breve porque, según ella misma dijo en internet, "a las tres horas de que terminara el evento, el matrimonio fue arruinado por la actitud de ciertas personas en la vida de mi marido. Y también por un viaje algo salvaje que emprendí al querer fumar un poco de marihuana para mi noche de boda porque no tomo".

Eso, sin contar que sus otras tres relaciones matrimoniales (con el productor y músico John Reynolds, el periodista Nicolas Sommerlad y el músico Steve Coonvey) recibieron un tratamiento mediático -para bien o para mal- lleno de tinta rosa en los tabloides británicos.

Y eso que a inicios de siglo se declaró lesbiana: "Soy lesbiana (...) no he sido muy abierta y he salido con chicos toda mi vida, porque no me sentía cómoda siendo una gran mula lesbiana".

Aunque con el paso de los días volvió a poner marcha atrás. "Me estaba sobrecompensando al declararme lesbiana. No fue un truco publicitario. Trataba de hacer sentir bien a otra persona y me hice, por lo tanto, daño a mí misma".

Un daño que, con esta nueva conversión religiosa, como Magda Arjuna Davitt, espera enmendar. A sus 51 años, bien vale la pena intentarlo.

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