Por Guido Macari MarimónCamilísima reveló íntima “malformación” que descubrió en su adolescencia: le trajo bullying y le repercute hasta hoy
“No me atrevía a cambiarme el bikini frente a las niñas”, contó la periodista y expanelista de Sígueme.

“La adolescencia siempre es compleja, pero, en mi caso particular, nací con una malformación que se me arrojó ahí“, sinceró Camila Campos, más conocida como ”Camilísima" sobre su juventud temprana.
En entrevista con La Firme de La Cuarta, la expanelista del Sígueme reveló que por aquel entonces “tenía un problema con el pezón, con el desarrollo del botón mamario, que no logró desarrollarse cómo es en las mujeres”.
Campos explicó que con su familia demorarnos en percatarse de la situación, por lo que no pudo recurrir a un tratamiento inicial: “Nos costó darnos cuenta, entonces tengo prótesis, y me las puse a muy temprana edad, con la autorización de mis papás, porque no me iban a crecer las pechugas”, contó.
“Obviamente significó un tema para toda mi adolescencia”, sinceró la periodista. Consultada sobre si efectivamente se trataba de una “malformación”, Campos explicó que “no desarrollé botón mamario, que se expulsa como para afuera y empieza a crecer” en la pubertad.
Cómo se solucionó la “malformación”
En concreto, a causa de lo mismo, “no me atrevía a cambiarme el bikini frente a las niñas”, recordó. “Y mi mamá se dio cuenta, porque nos acompañó a todas las amigas para cuidarnos a un paseo en la playa, y pensó: ‘¿Por qué la Cami se va al baño poner el bikini?’”.
A la vuelta del litoral a Santiago, “de a poco, iba preguntándome, y se metió en mi ropa, y se dio cuenta que yo alteraba mis sostenes para ponerles un relleno, me hizo la pregunta y me sinceré”, destacó sobre el rol que jugó su mamá. “Fuimos al doctor, ahí se dieron cuenta y (vino) la solución”.
Sin embargo, antes “fue muy difícil para mí ese periodo de mi vida, porque me hicieron mucho bullying”, diciéndole frases como “¡plana, plana!”, según detalló. “Todas las niñas empezaban con sus pechuguitas; y yo, nada”, así que “me molestaron mucho en el colegio”, transparentó.
Eso sí, según Campos, aquel drama que vivió con su desarrollo físico, de alguna manera, influyó en que “tengo dismorfia corporal”, y planteó: “Nací con la malformación —que dije al principio—, entonces, por mucha pechuga que tenga ahora, por mucho que me arregle y me inyecte los labios, la Camila adolescente todavía me pesa, todavía la veo en el espejo y me cuesta lidiar", admitió.
“Siempre me estoy ‘encontrando’ algo que ‘no está bien’”, sinceró. “Pero ahora estoy más vieja y ya es como: ‘Basta. Aceptarme”, manifestó.
“Cuando uno se pasa mirando en el espejo, cuando es un exceso, empiezas a ver ciertas pifias, pero que en realidad las personas ni siquiera se dan cuenta”, reflexionó sobre cómo ha vivido ella la dismorfia: “Pero tú dices: ‘¡Oh, tengo esto en la frente!’. Tiene que ver con de que he sido muy castigadora conmigo misma, y creo que también pasa por ahí el tema de la dismorfia. Lo estoy trabajando".
Eso sí, “obvio que hay una evolución; hay cosas que me importan cada vez menos, la celulitis por ejemplo; si bien soy muy flaca, soy súper celulítica, y ahora me pongo el short nomás”, declaró CAmilísima. “No sé si me lo pondré para una fiesta masiva de 800 personas, pero ya para ir el supermercado no me aso de calor por taparme la celulitis”, destacó su avance. “Hay guerras que ya doy por... ganadas, no son por perdidas: ¡yo le gané a la celulitis! ¡No me ganó a mí!“, remata.
Incluso, la comunicadora se quitó el ácido hialurónico que se había puesto en los labios: “No sé si se habla mucho de esto, pero el aumento de labios te produce una trompa de pato para afuera, te expulsa, y no me gustaba eso; pensé que se me iba a ir el ácido hialurónico, ¡y no se me fue nunca!“, cerró sobre la razón de su decisión
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